Las empresas a nivel mundial están capitalizando la inteligencia artificial (IA) en la actualidad. Un ejemplo de esto es Nvidia, una empresa de software que fabrica semiconductores para la producción de IA y tiene un valor de más de un billón de dólares, con acciones que han estado al alza en el 2023. Según la consultora McKinsey & Company, algunas empresas han atribuido el 20% de sus ingresos a la IA. De estas, el 30% menciona que su objetivo es incrementar el valor de sus servicios o productos; el 27% espera un incremento en los ingresos de sus negocios principales; y otras están enfocadas en que la tecnología les permita crear nuevos tipos de ingresos (23%), así como la reducción de costos en el negocio principal.
En el Perú, la implementación de la IA en empresas es desigual, con avances en sectores como la minería y los bancos, pero un progreso más lento en otros sectores con mayor presencia de micro, pequeñas y medianas empresas debido a la falta de capacitación y a la suposición de que implementar la tecnología puede ser costoso.
A pesar de los beneficios que puede brindar la IA, la falta de infraestructura digital, los riesgos de usos no éticos de la tecnología, la brecha digital y la ausencia de profesionales capacitados para atender la demanda laboral en torno a la IA pueden afectar los índices de productividad que potencialmente podría ofrecer esta tecnología.
El agro en el Perú todavía tiene un uso incipiente de la IA debido a la falta de información estructurada, aunque hay avances en la implementación de I.A. en la operadora logística Scharff y la empresa textil Creditex, que han destinado inversiones considerables a proyectos de IA para mejorar sus procesos de producción y reducir costos.
En general, las empresas están orientando sus inversiones en IA hacia la optimización de costos y productividad, así como la experiencia y satisfacción del cliente. Sin embargo, es importante mantener un enfoque en la ciberseguridad, el cumplimiento y la ética en el uso de la IA.
En conclusión, la implementación de la Inteligencia Artificial en las empresas a escala global está en pleno auge, generando impactos significativos en la productividad, ahorro de costos y optimización de procesos. A pesar de los desafíos que aún persisten en su implementación, el potencial de la I A es innegable y promete revolucionar la forma en que se hacen negocios en todo el mundo. Es importante seguir de cerca los avances en este campo y tomar medidas para adaptarse a esta nueva era de la tecnología.
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