La broncoscopia de rutina puede ayudar a guiar las terapias para el asma grave

La broncoscopia de rutina puede aclarar las vías de tratamiento para los pacientes que sufren de asma grave no controlada (SUA) que están siendo considerados para terapia biológica indicada para un fenotipo de inflamación T2, según un estudio prospectivo.

Después de someterse a una broncoscopia, se encontró que un número considerable de personas tenían comorbilidades que agravaban el control del asma: el 21 % tenía enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), el 5 % presentaba disfunción de las cuerdas vocales y el 3 % tenía anomalías traqueales. Algunos rasgos tratables se manejaron posteriormente de acuerdo con la práctica clínica, informaron Borja Cosío, MD, PhD, especialista respiratorio del Hospital Universitario Son Espases en Palma, España, y coautores.

Además, los 100 pacientes con SUA en el estudio se clasificaron inicialmente como alérgicos a T2 (28 %), eosinofílicos a T2 (64 %) y no T2 (8 %) según los eosinófilos en sangre, el óxido nítrico exhalado fraccional (FeNO) e inmunoglobulina E (IgE). Sin embargo, con una broncoscopia adicional, el 88,9 % del grupo alérgico a T2 resultó ser en realidad eosinofílico a T2, como resultado de los hallazgos de eosinófilos en la submucosa durante la biopsia, según el estudio publicado en PECHO.

Por lo tanto, los hallazgos de la broncoscopia podrían brindar información sobre tratamientos más especializados para el asma no controlada según el paciente individual.

“En la última década, ha habido una mayor concienciación sobre la importancia de los fenotipos y endotipos del asma, especialmente relacionados con la inflamación T2 alta y baja, que guía los nuevos avances terapéuticos para los pacientes graves”, escribieron los investigadores.

Trabajos anteriores han demostrado que las personas con asma T2 responden mejor a las terapias con corticosteroides y productos biológicos como omalizumab (Xolair), mepolizumab (Nucala), reslizumab (Cinqair), benralizumab (Fasenra) y dupilumab (Dupixent).

Sin embargo, el uso rutinario de la broncoscopia para determinar el fenotipo antes de la terapia biológica es controvertido, dijeron Cosío y sus colegas. Argumentando que esto debería practicarse más ampliamente, citaron la mala correlación entre los eosinófilos en la sangre y los tejidos y la inaccesibilidad de otros métodos para evaluar la eosinofilia de las vías respiratorias, “mientras que la broncoscopia es un procedimiento de rutina en todos los departamentos respiratorios”.

“Además, la capacidad de la broncoscopia para identificar otras causas de mal control, como ERGE, disfunción de las cuerdas vocales o lesiones endobronquiales, y también para recolectar muestras microbiológicas directamente de las vías respiratorias [supports] el uso rutinario de la broncoscopia en la evaluación de todo asmático grave antes de la indicación de una terapia biológica”, dijo el grupo.

Los autores del estudio encontraron que los cultivos de aspirado bronquial pudieron aislar bacterias en el 27 % de los pacientes y pudieron aislar hongos en el 14 % de los pacientes. Las bacterias más comúnmente aisladas fueron Pseudomonas aeruginosa y estafilococo aureus; el tipo de hongo más común fue del Aspergilo especies.

Un paciente experimentó sangrado moderado como resultado de la broncoscopia, pero fue tratado y controlado durante el transcurso del procedimiento. Los autores destacaron la seguridad general del procedimiento y su impacto en las opciones de tratamiento.

“Hemos demostrado que la broncoscopia es un procedimiento seguro, capaz de caracterizar mejor los fenotipos inflamatorios del asma, pero también de diagnosticar causas alternativas y tratables del mal control del asma, principalmente agrupadas en enfermedades e infecciones de las vías respiratorias superiores, que podrían impedir o posponer el uso de productos biológicos. ” ellos escribieron.

El estudio incluyó a 100 pacientes SUA consecutivos que asistían a unidades especializadas en asma en cinco hospitales docentes (mediana de edad 55 años, 58% hombres). Todos se sometieron a broncoscopia y se analizaron muestras de sangre para el recuento de eosinófilos en sangre y los niveles de IgE. A los pacientes también se les realizaron pruebas de punción cutánea, FeNO, espirometría forzada y tomografías computarizadas del tórax.

Se realizaron biopsias bronquiales en el 68% de los pacientes, lo que llevó al descubrimiento de eosinófilos en el 91% de las muestras.

El grupo de Cosío informó que el 7,8% de los pacientes no mostró eosinófilos en los resultados de sus biopsias a pesar de caer inicialmente en el fenotipo T2 convencional. Tres pacientes que recibieron biopsias mostraron eosinófilos de grado 2 a 3, a pesar de tener un fenotipo no T2.

Los autores del estudio reconocieron que su muestra de pacientes con un fenotipo de asma no T2 era muy baja, lo que impedía sacar conclusiones sólidas sobre este grupo. Otra limitación fue que no se realizaron biopsias bronquiales en todos los participantes del estudio, y los investigadores locales pueden haber interpretado las muestras de manera diferente. Finalmente, los autores señalaron que el estudio no fue diseñado para medir los impactos en el control del asma.

  • Elizabeth Short es redactora de MedPage Today. A menudo cubre neumología y alergia e inmunología. Seguir

Divulgaciones

Este estudio fue apoyado por fondos del Instituto de Salud Carlos III, Ministerio de Salud de España, y la junta de investigación de asma de SEPAR.

Los autores del estudio no informaron conflictos de interés relevantes.

Fuente principal

PECHO

Referencia de la fuente: Cosío BG, et al “Redefinición del papel de la broncoscopia en el tratamiento del asma grave no controlada en la era de los productos biológicos: un estudio prospectivo” Chest2023; DOI: 10.1016/j.pecho.2023.03.012.

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