Era el Peter Paul Rubens del arte moderno. Gracias a los muslos gruesos, los vientres redondos y las cabezas hinchadas de sus figuras esculpidas y pintadas. La talla XXXL todavía le quedaba pequeña. La obra adorna muchas plazas de ciudades o paredes de museos. Y siempre se le reconoce inmediatamente como un auténtico ‘Botero’.
‘Boterismo’ es sinónimo de obesidad, cuando se trata de las personas que retrató Fernando Botero durante décadas. El artista falleció el viernes a los 91 años.
Por supuesto, hubo un período en el que Botero aún no era ‘Botero’, sino un diseñador y aspirante a artista en Colombia. Botero creció en Medellín. La familia era pobre. El padre murió cuando Fernando tenía cuatro años, la madre recibió apoyo de un tío para criar a su hijo. Ese tío decidió que Botero se formara como matador después del colegio de los jesuitas, a pesar de que no tenía talento alguno para ser torero.
Lo que podía hacer: pintar cuadros de corridas de toros. Resultó tener talento. A los 16 años realizó ilustraciones para periódicos, dos años después realizó su primera exposición. Su traslado a Europa, donde se matriculó en la academia de Madrid, le supuso una rápida fama tanto en pintura como en escultura. Sin embargo, nunca perdió por completo sus raíces sudamericanas, dados los colores brillantes y las formas exuberantes, en parte tomadas de las pinturas mexicanas de Frida Kahlo y los muralistas José Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros.
Persistencia
No ha habido mucho desarrollo en la obra de Botero en las últimas décadas. Cuando encontró su estilo de figuras ligeramente infladas, persistió en él. Sólo se produjo un “pequeño” cambio en el tema. A partir de 2004, el trabajo se volvió más comprometido, especialmente a través de las fotografías de las atrocidades en la infame prisión de Abu Ghraib, donde los guardias estadounidenses abusaban de los prisioneros iraquíes. Botero no permaneció impasible. Mostró la obra en 2005 en una exposición en el Palazzo Venezia, la antigua residencia de Benito Mussolini en Roma.
Anteriormente había pintado escenas tomadas de arrestos y ejecuciones durante la guerra civil en su país de origen. Quizás por eso hubo un intento de secuestrarlo en 1994, y un año después una de sus estatuas de bronce explotó durante un festival de música en Medellín, matando a 23 e hiriendo a 200.
Sin embargo, la mayoría de los entusiastas recordarán principalmente las imágenes y pinturas inocentes y cursis de Botero. Que en el mejor de los casos, cuando se trata de compromiso, son un homenaje al cuerpo completo, e indirectamente una advertencia contra la anorexia y la imagen idealizada (de moda) de hombres y mujeres flacos.
2023-09-15 16:47:15
1694829817
#Murió #pintor #figuras #voluptuosas #Fernando #Botero #los #años