No más cáncer, sino quimiocerebro: ‘No se me ocurren palabras’

Alguien que lo sufre ella misma es Frauke van der Pas. Ella ha tenido cáncer de mama dos veces en un año y medio. En ambas ocasiones ha tenido quimioterapia, cirugía y radiación. Frauke ha conservado el llamado quimiocerebro de todos los tratamientos radicales. “En particular, sufro de sensibilidad a los estímulos, fatiga y ya no soy resistente al estrés. Y a veces ya no puedo encontrar las palabras adecuadas para las cosas”, le dice a Editie NL.

De la tristeza a los problemas de concentración

Un quimiocerebro en realidad significa problemas cognitivos en ex pacientes con cáncer, que pueden haber quedado de su tratamiento. Por ejemplo, las personas tienen dificultad para concentrarse, están extremadamente cansadas, se sienten tristes, tienen miedo o ya no pueden recordar las cosas. Estos son solo algunos ejemplos, cada uno de los cuales puede ser muy drástico.

Ese es también el caso de Frauke. Ya no puede trabajar debido a su quimiocerebro. Antes de contraer cáncer, era consultora de una corporación de vivienda. “Es muy molesto, pero tu vida continúa. No soy una esperanza triste, pero algunas cosas son más difíciles”.

No para ser probado

Por cierto, un quimiocerebro no es algo que ‘tienes’, explica la neuropsicóloga clínica Sanne Schagen. “No es como si hicieras un análisis de sangre o un escáner cerebral y luego supieras si lo tienes. Es más como algo que sabemos que está ahí”, dice ella.

Y si tiene algo como esto, obtendrá quejas como una capacidad reducida para concentrarse o fatiga severa. Cómo exactamente esto es posible aún no está claro. Aunque podría tener que ver con las drogas pesadas. “Todos esos medicamentos contra el cáncer llegan al cerebro. Como resultado, puede haber quejas”, dice Schagen. “Una quimioterapia parece causarlo un poco más que la otra”. Incluso las personas sin quimioterapia pueden sufrirla, aunque es menos frecuente.

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El tratamiento aún no es posible

Debido a que muchas cosas aún no están claras, todavía no es posible un tratamiento. “Sabemos que la quimioterapia puede jugar un papel, pero no todos tienen que lidiar con eso”. La pregunta es por qué uno lo consigue y el otro no. A veces ayuda a abordar uno de los problemas, como la fatiga. “Es posible que los problemas de concentración también disminuyan”.

En cualquier caso, es importante tomar siempre muy en serio las quejas de las personas con quimiocerebro. “En el pasado siempre se descartó como algo psicológico, pero ese no tiene por qué ser el caso”.

Frauke ya ha dado algunos pasos. El verano pasado fue por primera vez a un parque de diversiones con sus hijos pequeños. “En un día tranquilo y en un parque donde pueden ir en sus propias atracciones. Entonces mamá no tiene que venir”, dice ella. “Tuve que recuperarme durante dos días después, pero valió la pena”.

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