RIYADH, Arabia Saudita — Cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, voló a Arabia Saudita el fin de semana pasado para una cita nocturna secreta con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, él y sus aliados en Washington esperaban obtener garantías de que un acuerdo de normalización entre los dos antiguos países de Oriente Medio los rivales estaban al alcance, dijeron asesores sauditas y funcionarios estadounidenses.
En cambio, después de la reunión, el líder israelí regresó a casa con las manos vacías y el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, también en Arabia Saudita en ese momento, vio como un potencial …
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