Las cámaras más recientes, como la Sony a7RV, ahora guardan datos giroscópicos en los archivos de video para permitir la estabilización posterior. Esto plantea la interrogante de si esta misma capacidad podría extenderse a las fotografías, abriendo la puerta a nuevas posibilidades de post-procesamiento y mejora de la imagen.
La capacidad de registrar información del giroscopio durante la grabación de video ya está demostrando ser valiosa para corregir movimientos y obtener tomas más estables. La pregunta que surge es si esta tecnología podría aplicarse de manera similar a las fotografías, permitiendo ajustes y correcciones más precisos en la etapa de edición.
