El jefe de la Casa Blanca nombró el domingo un enviado especial para Groenlandia, el gobernador de Luisiana, Jeff Landry. Landry anunció en redes sociales que su objetivo en el nuevo cargo será la anexión de Groenlandia a Estados Unidos.
Esta decisión ha provocado una nueva ola de críticas por parte de Dinamarca, que ha exigido el respeto a su integridad territorial y ha anunciado que convocará al embajador estadounidense en los próximos días. La Unión Europea también ha instado a preservar la soberanía de la isla.
Anteriormente, Trump había justificado sus planes para adquirir Groenlandia, incluso sin descartar el uso de la fuerza militar, argumentando la seguridad nacional de Estados Unidos. La isla, con una superficie de 2,17 millones de kilómetros cuadrados, posee un valor estratégico significativo y abundantes recursos minerales.
Groenlandia, habitada por aproximadamente 56.000 personas, fue una colonia danesa hasta la década de 1950 y obtuvo autonomía parcial en 1979 con la creación de su parlamento. Copenhague aún mantiene el control sobre asuntos exteriores, defensa y política monetaria de Groenlandia. En 2009, Groenlandia obtuvo la posibilidad de declarar su plena independencia mediante un referéndum.
