Un felino inesperado se ha convertido en la sensación del lycée Joseph-Loth en Pontivy, Morbihan, Francia. Jérémy, un gato que llegó al instituto “por vía de mutación”, como sonríe David Boudart, su director, ha conquistado los corazones de estudiantes y profesores.
Jérémy lleva más de ocho años acompañando a Boudart, pero al principio se mantuvo reservado. “Estaba sobre todo en el apartamento y en el patio. Es un gato bastante solitario, que no se acercaba mucho a los humanos”, explica el director.
Poco a poco, Jérémy se aventuró dentro del instituto. “Una pata, luego dos, luego cuatro… Le costó dos años entrar realmente en el lycée. Su presencia se ha intensificado sobre todo desde el año pasado”, cuenta Boudart. Hoy en día, el gato se mueve libremente, eligiendo a quién se acerca y quién puede acariciarlo. “Nunca es agresivo”, asegura.
Los estudiantes rápidamente aprendieron a respetar su espacio. “No lo persiguen. Cuando viene a instalarse cerca de ellos, siempre hay sonrisas”, relata el director. Algunos incluso trabajan bajo la claraboya, con Jérémy descansando tranquilamente junto a sus cuadernos.
Leer también: “Nos gustaría que los alumnos se hablaran”: el lycée Loth de Pontivy apuesta por la pausa digital
Aunque es difícil medir su impacto, el ambiente es palpable. “Un animal en un instituto, incluso con adolescentes, sigue siendo algo extraordinario. Calma, pone de buen humor”, afirma Boudart. Jérémy parece tener sus lugares favoritos, especialmente cerca de las aulas de idiomas. “A veces sigue las clases de inglés”, bromea el provisor.
Durante los fines de semana y las vacaciones, el instituto vacío desorienta a Jérémy. “Se le ve buscando. No es como de costumbre”, explica Boudart, una ausencia que confirma su apego al lugar.
Cuatro patas en Instagram
Jérémy también tiene su propia cuenta de Instagram, gestionada por un miembro del equipo docente y seguida por muchos estudiantes. “No sé exactamente quién la creó, pero a los jóvenes les encanta”, comenta Boudart.
Leer también: Estos dos perros hacen la felicidad de los alumnos y del personal del lycée Guist’hau de Nantes
Para algunos, Jérémy es una mascota; para otros, simplemente un gato. Pero para todos, se ha convertido en un refugio tranquilo en un entorno a veces estresante. “Un gato es calma. Y la calma, apaña”, concluye Boudart. Un pequeño detalle del día a día, quizás, pero ya un recuerdo imborrable para muchos estudiantes del lycée Joseph-Loth.
