China prohibirá la producción de termómetros y tensiómetros que contengan mercurio a partir del 1 de enero, con el objetivo de reducir la contaminación por mercurio y minimizar los riesgos de derrames, al tiempo que se sugieren alternativas más seguras para los consumidores.
La prohibición se basa en un aviso emitido conjuntamente por varias agencias gubernamentales en 2017. Este documento detallaba una serie de medidas para implementar la Convención de Minamata sobre el Mercurio, un tratado global ratificado por China para proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos del mercurio.
El aviso estableció una prohibición gradual de la producción y comercialización de diversos productos a base de mercurio, incluyendo específicamente la fabricación de termómetros y tensiómetros de mercurio, efectiva a partir de principios de 2026.
Durante décadas, el termómetro de mercurio ha sido un artículo común en los hogares chinos, valorado por su asequibilidad, facilidad de uso, alta sensibilidad y fiabilidad incluso en condiciones duras o remotas.
Sin embargo, su carcasa está hecha de vidrio frágil y cada dispositivo contiene aproximadamente 1 gramo de mercurio, un metal pesado altamente tóxico, según el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) enumera el mercurio como una de las 10 sustancias químicas que representan la mayor preocupación para la salud pública. La exposición puede tener efectos tóxicos en los sistemas nervioso, digestivo e inmunológico, así como en los pulmones, riñones, piel y ojos.
En caso de que un termómetro se rompa, el mercurio derramado puede evaporarse y convertirse en vapor, lo que representa un riesgo para la salud de cualquier persona que inhale el vapor o entre en contacto directo con el líquido, según el CDC de China.
No obstante, si se siguen los métodos adecuados de limpieza y eliminación, no hay motivo de pánico. Estos incluyen abrir las ventanas para ventilar el área, recoger cuidadosamente las cuentas derramadas con cartón y desechar los residuos en un sitio designado para materiales peligrosos.
Se desaconseja encarecidamente el uso de una aspiradora o escoba, ya que pueden dispersar el vapor y las partículas de mercurio.
Si la piel o el interior de la boca se cortan con el vidrio roto de un termómetro, la herida debe enjuagarse inmediatamente con agua corriente para asegurar que se eliminen todas las partículas de mercurio líquido de color plateado.
Li Tongzeng, médico del departamento de enfermedades infecciosas del Hospital Youan de Beijing, declaró en una entrevista con Xinhua News Agency que existen alternativas más seguras disponibles, como los termómetros de frente y los termómetros de oído.
Para garantizar lecturas precisas, los usuarios deben mantener la distancia adecuada al utilizar un termómetro de frente. Para un termómetro de oído, el canal auditivo debe estar limpio y la sonda debe colocarse firmemente en el interior.
Para aquellos acostumbrados a la medición oral o axilar tradicional, Li recomienda termómetros sin mercurio que utilizan una aleación de galio, indio y estaño.
Estos termómetros pueden leer la temperatura con precisión y son más seguros, afirmó.
