Desde la escuela secundaria, cuando estudié los orígenes de las Naciones Unidas, siempre me sentí conectada con los valores que promueve esta organización. Sin embargo, nunca imaginé que tendría un papel directo en ella.
Durante mi trabajo con el gobierno uruguayo, tuve estrecho contacto con el sistema de las Naciones Unidas en el país, incluyendo agencias como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP). Colaboramos en diversas iniciativas, incluyendo un proyecto nacional sobre salud mental y bienestar de adolescentes y jóvenes. Fue a través de estas líneas de cooperación que realmente comprendí el funcionamiento de las Naciones Unidas.
Aún cursando una maestría en administración en la Universidad de Florida, me postulé para dirigir la primera Oficina de las Naciones Unidas para la Juventud. Mi objetivo era fortalecer la conexión de la organización con los jóvenes, no solo escuchándolos, sino también involucrándolos en la colaboración y la participación. Ocho meses después, recibí una llamada de Amina Mohammed, la Secretaria General Adjunta de las Naciones Unidas (Amina Mohammed), informándome que había sido seleccionada para el cargo y que comenzaría en quince días.
Secretary-General Meets with Assistant Secretary-General for Youth Affairs
El primer año se centró en comprender los desafíos, construir el equipo, identificar cómo agregar valor al trabajo de las organizaciones juveniles y los Estados, y posicionar la oficina como un espacio para crear conciencia sobre diversos temas. Creo que el propósito de la Oficina de Asuntos Juveniles es colaborar, difundir información y sensibilizar sobre los intereses y preocupaciones de todos los jóvenes del mundo.
Las tres agendas juveniles de la Oficina de las Naciones Unidas para la Juventud
Hablar de la agenda juvenil implica comprender y apoyar un movimiento muy amplio que abordamos desde tres dimensiones centrales.
La primera es la agenda de participación. Existe una necesidad urgente de que las nuevas generaciones sean consideradas en los ámbitos de toma de decisiones. Estamos conectando con varios esfuerzos para vincular a la sociedad civil con las Naciones Unidas, creando escenarios innovadores donde los jóvenes se sientan representados, parte de los espacios de poder, y que sus preocupaciones sean consideradas y abordadas.
La segunda es la agenda de paz y seguridad. En la situación global actual, con el mayor número de conflictos activos desde la Segunda Guerra Mundial, hemos visto a los jóvenes liderar la promoción de la paz y exigir a los gobiernos que pongan fin a las guerras.
Felipe Paullier, Assistant Secretary-General for Youth Affairs, with a group of young advocates in Thailand.
El tercer tema prioritario es la salud mental y el bienestar. Millones de jóvenes en todo el mundo enfrentan una crisis silenciosa que afecta todas las dimensiones de sus vidas: desesperanza sobre el futuro; una cultura digital marcada por el discurso de odio; falta de oportunidades en educación, empleo y vivienda; la crisis climática; y la ausencia de espacios para el cuidado y la conexión. Todo esto genera ansiedad, depresión y, en los casos más graves, pérdida de sentido y suicidio.
Por eso, estamos promoviendo una Iniciativa Global de Salud Mental y Bienestar Juvenil, que en pocos meses ya ha reunido a más de 600 organizaciones lideradas por jóvenes en más de 80 países, impactando a más de 13 millones de personas (el 81 por ciento de las cuales son jóvenes).
Esta iniciativa combina el empoderamiento juvenil con conexiones a redes internacionales de salud mental y organizaciones internacionales que trabajan en el campo, como la Organización Mundial de la Salud (WHO), UNICEF y la agencia de las Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (UNESCO). Al mismo tiempo, promueve la defensa política para que más Estados reconozcan la salud mental juvenil como una prioridad y desarrollen políticas que respondan a esta urgente necesidad.
Youth participants reflected on their personal journeys, challenges, and motivations as changemakers, entrepreneurs, and advocates.
Salud mental en la era de las redes sociales
El enfoque está en cómo nos relacionamos con la tecnología en un mundo en constante cambio. ¿Qué podemos hacer en un mundo donde estamos más interconectados que nunca, pero al mismo tiempo mucho más aislados? Esa es la dicotomía que estamos experimentando en esta era. Las redes sociales plantean un gran desafío porque terminan creando burbujas donde las personas solo se conectan con otros que piensan igual.
La forma en que están diseñados los algoritmos de estas redes a menudo conduce a un discurso más polarizado, pero también permite que las personas se aprovechen del anonimato al difundir mensajes agresivos. De ahí la necesidad de más espacios de encuentro para fomentar el diálogo entre las personas, porque en estos espacios digitales no existe diálogo; solo hay posiciones, y las personas no se escuchan, sino que se enfrentan.
Cuando busquemos respuestas, seguramente las encontraremos volviendo a la Carta de las Naciones Unidas, que describe la esencia de la organización: diálogo, celebración de la diversidad y cooperación internacional. Los jóvenes ya están haciendo su parte. Los pequeños cambios individuales, cuando se suman, son los que finalmente impulsan las agendas globales.
