A partir de 2026, nuevas regulaciones de la Unión Europea sobre el tráfico de pagos y la transparencia de datos entrarán en vigor, impactando directamente a las empresas alemanas en medio de un estancamiento en la modernización de sus sistemas financieros. Paralelamente, la inteligencia artificial (IA) está ganando terreno rápidamente en la contabilidad: las rutinas se automatizan, los procesos de los clientes se digitalizan y los pagos en tiempo real se están convirtiendo en el estándar.
Jonas Suijkerbuijk, fundador y CEO del fintech sueco Billogram, explica por qué se avecina un salto tecnológico en el sector financiero y por qué las empresas que aún dependan de sistemas antiguos en 2026 perderán importantes ventajas en términos de eficiencia y costes.
Mientras muchos aún se centran en el cierre del año, los directores financieros (CFO) ya están analizando los desafíos de 2026. Casi la mitad considera que las nuevas regulaciones representan la mayor carga en un entorno donde muchos departamentos financieros aún operan con software obsoleto. “A menudo faltan presupuestos, hay escasez de profesionales de TI o estructuras complejas y arraigadas dificultan la modernización”, afirma Jonas Suijkerbuijk. El próximo año, la UE abordará la PSD3 (Payment Service Device 3) y la nueva regulación de proveedores de servicios de pago (PSR) para endurecer gradualmente los requisitos de seguridad, transparencia y procesos de pago digitales.
Las discusiones comenzarán en 2026 y la implementación se llevará a cabo en los años siguientes. Al mismo tiempo, la inteligencia artificial está adquiriendo importancia en las funciones financieras: el 63% de los CFO ya han implementado la IA de forma integral. “Lo crucial será cómo se utilice la IA de forma específica para automatizar tareas rutinarias, optimizar los procesos y mejorar la gestión de pagos”, señala Suijkerbuijk. “La digitalización también implica un progreso para las aplicaciones con inteligencia artificial. Puede seguir apoyando los flujos de trabajo automatizados y pasar de funciones de cobro reactivas a procesos proactivos y predictivos que estabilicen los flujos de efectivo y hagan que los procesos internos sean significativamente más eficientes”, pronostica Suijkerbuijk. Esto podría significar ahorros inesperados para las empresas debido a la reducción de los costes de tiempo y personal.
La IA ya en uso: los chatbots hablan el idioma del cliente, un agente se encarga de las tareas rutinarias
Según una encuesta reciente, los CFO apostarán aún más decididamente por la inteligencia artificial en 2026, especialmente por la llamada IA Agente, que se encarga de las tareas rutinarias. Sin embargo, hasta ahora solo el 14% de las empresas han integrado completamente un asistente de IA. Existe una gran preocupación, especialmente en áreas comerciales sensibles como la contabilidad: ¿cómo se pueden garantizar los riesgos y el cumplimiento normativo si la IA se integra más profundamente en los procesos empresariales?
“La IA solo debe operar dentro de directrices empresariales claramente definidas y no debe realizar de forma autónoma acciones sensibles como la eliminación de facturas. Todas las decisiones deben registrarse”, explica Suijkerbuijk. Tras este trabajo preparatorio, la tecnología abre nuevas oportunidades: las tareas rutinarias se pueden automatizar, los análisis y las previsiones se pueden refinar y se puede reducir el esfuerzo de atención al cliente. “Los chatbots de IA, integrados directamente en las facturas digitales, ya permiten responder de inmediato a las preguntas de los clientes sobre importes, fechas de vencimiento, métodos de pago o el historial de facturación”, explica el experto. Las respuestas se proporcionan en el idioma del cliente y las consultas más complejas se redirigen automáticamente a los empleados.
Pronto una realidad: los chatbots detectan los aplazamientos de pago, la facturación se personaliza
“La IA generativa moderna interpreta las consultas de los clientes mucho mejor que los chatbots anteriores, de modo que las consultas rutinarias se pueden procesar casi por completo de forma automática”, informa Suijkerbuijk y añade: “Esto reduce la carga de trabajo de los equipos de soporte, acorta los tiempos de procesamiento y aumenta la satisfacción del cliente, al tiempo que los empleados pueden centrarse en casos más complejos”.
El CEO del Fintech se muestra optimista sobre los próximos años: “A largo plazo, la combinación de servidores MCP (Model Context Protocol) y APIs abiertas permitirá la conexión de diferentes agentes de IA. Estos podrán entonces intercambiar datos de sistemas CRM, herramientas de contabilidad o terceros, adaptar flexiblemente los procesos de pago y automatizar la comunicación personalizada con los clientes”. Esto sitúa a los chatbots impulsados por la IA cada vez más en el centro de la optimización estratégica de los procesos de facturación y pago.
Factura 2030: objetos de datos interactivos en lugar de una solicitud de pago
De cara a los próximos años, se vislumbra un cambio significativo en la forma en que se gestionan las facturas en el tráfico de pagos. “Cada vez se diseñarán como objetos de datos interactivos que ofrecen a los clientes opciones de acción inmediatas”, afirma Suijkerbuijk. Los clientes pueden utilizar preferencias automatizadas para elegir el momento óptimo de pago. Los procesos financieros rutinarios son asumidos por sistemas inteligentes que reaccionan basándose en análisis predictivos e información contextual. Esto permite a las empresas obtener una mayor transparencia sobre el flujo de caja y el estado de los pagos, y gestionar las interacciones con los clientes de forma más proactiva.
Jonas Suijkerbuijk enfatiza finalmente: “Aquellos que impulsen ahora la digitalización de sus procesos de pago y facturación sentarán las bases para trabajar de forma más eficiente en el futuro y tomar decisiones estratégicas basadas en datos fiables”.
