Las avispas se están revelando como controladores naturales de plagas, manteniendo a raya a las mosquitas blancas, según investigaciones recientes. Este control biológico se vuelve particularmente relevante a medida que las mosquitas blancas desarrollan resistencia a los insecticidas, lo que implica un costo significativo para aquellas que sobreviven.
El estudio, publicado por Phys.org, destaca que la resistencia a los insecticidas no solo reduce la eficacia de los tratamientos químicos, sino que también impone una carga evolutiva a las mosquitas blancas. Las avispas parásitas, al atacar a las larvas de mosquitas blancas, ofrecen una alternativa sostenible y efectiva para el manejo de plagas.
La investigación sugiere que la combinación de estrategias de control biológico con un uso más selectivo de insecticidas podría ser clave para mitigar la resistencia y preservar la eficacia de las herramientas disponibles para la agricultura.
