La llegada de Ryu ha sido calificada como “realmente increíble” por el director del departamento de obstetricia del hospital donde nació. Según el Dr. John Ozimek, “solo 1 de cada 30.000 embarazos ocurre fuera del útero, en el abdomen”. Y añade que “los embarazos que llegan a término fuera del útero son prácticamente inexistentes, aún más raros que uno en un millón”, según declaraciones a la agencia AP.
Suze, la madre de Ryu, ya presentaba una quiste ovárico, una cavidad llena de líquido en el ovario, antes de quedar embarazada. Los médicos habían estado monitoreando esta quiste durante años y previamente habían retirado otra similar.
Prueba de embarazo positiva
Inicialmente, Suze y su esposo, Andrew, pensaron que la quiste estaba creciendo cuando notaron que el abdomen de Suze aumentaba de tamaño. Continuaron con su vida cotidiana sin sospechar nada.
Sin embargo, el dolor y la presión, que atribuían a la quiste, fueron aumentando. Suze acudió al hospital para que le retiraran la quiste, pero antes necesitó someterse a una tomografía computarizada (TC). Debido a la radiación, le solicitaron una prueba de embarazo, la cual resultó ser positiva, impidiendo la extirpación de la quiste.
Suze le dio la noticia a Andrew durante un partido de béisbol de los LA Dodgers, entregándole un body de bebé y una nota. “Parecía que quería reír y llorar al mismo tiempo”, relató Andrew.
Poco después del partido, Suze comenzó a sentirse peor y regresó al hospital. Tras realizarle una resonancia magnética (RM) y una ecografía, se confirmó que su útero estaba vacío.
Una probabilidad extremadamente baja
En este tipo de embarazos, la probabilidad de que el bebé sobreviva es de más del 90 por ciento. Y la posibilidad de que un niño que nazca presente alguna anomalía es de aproximadamente 1 en 5. Sin embargo, en el caso de Suze y Ryu, el resultado fue favorable, desafiando todas las expectativas.
Ryu nació el 18 de agosto de este año durante una operación de alto riesgo en la que Suze perdió varios litros de sangre. Ella estuvo completamente bajo anestesia. Finalmente, los médicos lograron controlar las hemorragias. “Realmente creo en los milagros”, expresó Suze, recordando su extraordinario embarazo. “Dios nos ha dado el mejor regalo que podría desear”.
