Bután ha anunciado un compromiso nacional de desarrollo de Bitcoin que asignará hasta 10.000 bitcoin, equivalentes a unos 860 millones de dólares al precio actual, para apoyar la construcción de Gelephu Mindfulness City. Esta medida representa uno de los pasos más claros dados por un país soberano para tratar a Bitcoin como un activo estratégico del Estado, en lugar de una inversión especulativa.
El compromiso vincula la asignación de activos digitales al desarrollo de Gelephu Mindfulness City, una región administrativa especial posicionada como un centro para las finanzas sostenibles, la tecnología y el bienestar.
Las autoridades han indicado que el Bitcoin será gestionado a través de enfoques responsables, como la colateralización, estrategias de tesorería o la tenencia a largo plazo, y se espera que las decisiones finales sobre su implementación se tomen en los próximos meses.
Esta iniciativa se basa en la temprana participación de Bután en la minería soberana de Bitcoin, que ha dependido del excedente de energía hidroeléctrica para generar activos digitales.
El gobierno ha declarado que continuará utilizando el exceso de energía limpia para la minería sin aumentar el impacto ambiental, reforzando su énfasis en la sostenibilidad.
Gelephu Mindfulness City ya utiliza activos digitales como parte de sus reservas financieras y se encuentra en el centro del impulso más amplio de Bután hacia la tecnología blockchain para diversificar la economía y atraer inversión extranjera.
Esta agenda incluye un sistema nacional de identidad digital basado en blockchain, pagos habilitados con criptomonedas para el turismo y los comerciantes, y el reciente lanzamiento de TER, un token de oro respaldado por el Estado.
Los funcionarios enmarcan esta estrategia como un esfuerzo por alinear las finanzas digitales con la gobernanza, la sostenibilidad y los resultados sociales, con un enfoque particular en la creación de oportunidades para las generaciones más jóvenes en una economía pequeña y sin salida al mar con opciones de crecimiento tradicionales limitadas.
El enfoque de Bután contrasta con las posturas más cautelosas adoptadas por muchos gobiernos, que tratan a Bitcoin principalmente como un riesgo regulatorio o de estabilidad financiera.
Al vincular directamente las tenencias a la financiación del desarrollo y la política energética, Bután está probando si los activos digitales pueden funcionar como herramientas de balance nacional a largo plazo.
Sin embargo, la magnitud de la asignación expone las finanzas públicas a la volatilidad del Bitcoin, lo que hace que la ejecución de la tesorería y la gestión de riesgos sean fundamentales para determinar si el experimento puede replicarse en otros lugares.
