El partido político 국민의힘 ha calificado las acciones recientes como un acto de retaliación política, describiéndolo como un intento “mezquino” de silenciar la supervisión legítima de presuntos abusos de poder por parte del presidente de la asamblea. La acusación central es que se está utilizando una lógica inexistente para justificar la restricción de actividades de control legítimas.
Según el partido, la respuesta a sus esfuerzos de supervisión constituye una violación de derechos y una forma de represalia política.
