Washington — Los empleadores pueden ayudar a reducir los riesgos para la seguridad asociados con el COVID prolongado en el lugar de trabajo a través de un enfoque multifacético que se centre en los desafíos físicos, cognitivos y de salud mental que enfrentan los empleados afectados, según un reciente informe del Consejo Nacional de Seguridad (NSC).
El COVID prolongado es una condición caracterizada por síntomas persistentes que duran semanas o meses después de la recuperación de la fase aguda de la COVID-19. El NSC señala que estos síntomas pueden variar desde fatiga y dificultad para concentrarse hasta discapacidades cognitivas y físicas más graves, todo lo cual puede poner a los empleados afectados en mayor riesgo de lesiones. Se estima que entre el 10% y el 30% de las personas que se recuperan de la fase aguda de la COVID-19 pueden experimentar COVID prolongado.
Para su informe COVID prolongado y seguridad en el lugar de trabajo, el NSC encuestó a 1,500 trabajadores a tiempo completo entre octubre de 2024 y septiembre de 2025. Los encuestados se dividieron en tres grupos: aquellos que nunca dieron positivo a la COVID-19, aquellos que dieron positivo pero no tuvieron síntomas más allá de la recuperación típica y aquellos que continuaron teniendo síntomas durante tres o más meses después de la infección inicial.
Los resultados muestran que los trabajadores que experimentaron síntomas de COVID prolongado tuvieron más probabilidades de informar una lesión en el lugar de trabajo que requirió atención médica y/o tiempo libre.
Los investigadores sugieren a los empleadores y profesionales de la seguridad que:
- Realicen evaluaciones integrales de riesgos físicos y cognitivos para identificar posibles peligros.
- Implementen arreglos de trabajo flexibles, como la reducción de horas/trabajo a tiempo parcial, el trabajo remoto/híbrido o un regreso gradual al trabajo después de una enfermedad.
- Introduzcan modificaciones en el lugar de trabajo proporcionando acceso a estaciones de trabajo ergonómicas, dispositivos de asistencia y descansos frecuentes.
- Ofrezcan apoyo a la salud mental a través de programas de asistencia a empleados, días de salud mental y acceso a terapia/asesoramiento.
- Fomenten un entorno de empatía, confianza y transparencia a través del diálogo abierto con los supervisores, la reducción del estigma y los grupos de recursos para empleados.
- Garantizen que los trabajadores con COVID prolongado tengan derecho a ciertas protecciones legales, incluidas las de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades de 1990 y la Ley de Licencia Médica y Familiar de 1993.
- Eduquen a gerentes y colegas a través de capacitación y campañas de concientización.
“Comprender cómo los síntomas del COVID prolongado interactúan con las tareas laborales y los protocolos de seguridad es esencial para mitigar los riesgos y apoyar a los trabajadores afectados”, afirma el informe.
