Cuando los niños pequeños pasan de un saco de dormir de bebé a una manta, muchos padres se preguntan qué es realmente seguro. Una manta de plumas, especialmente en los meses de invierno, puede parecer cálida y acogedora. Además, es ligera, esponjosa y cómoda, lo que la hace atractiva, pero ¿qué dicen los expertos al respecto?
Hasta los 2 años: es preferible no usar manta
Según las recomendaciones de seguridad holandesas, un niño menor de 2 años no debe usar manta. Los expertos enfatizan que los niños menores de 2 años duermen más seguros en un saco de dormir o bajo una sábana/manta bien metida, no bajo una manta suelta, independientemente de si es de plumas o no.
¿Por qué este consejo?
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Una manta suelta puede ser demasiado cálida, lo que aumenta el riesgo de sobrecalentamiento.
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Existe un mayor riesgo de asfixia si un niño pequeño se da la vuelta en la manta y se cubre la cara con ella.
Estos consejos son similares a las directrices de las organizaciones internacionales de seguridad que advierten contra la ropa de cama suave y suelta en los niños pequeños debido al peligro de asfixia.
A partir de los 2 años: sí se puede usar manta
Una vez que tu hijo tenga 2 años o más, puede dormir de forma segura bajo una manta, siempre y cuando:
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La manta no sea demasiado cálida (por ejemplo, un valor TOG bajo que se adapte a la temperatura de la habitación).
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La manta se ajuste al tamaño de la cama (no sea demasiado grande).
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El niño tenga suficiente espacio y libertad para salir de debajo de la manta si tiene demasiado calor.
La mayoría de los padres y expertos ven este momento como una edad de transición porque el riesgo de muerte súbita del lactante y asfixia disminuye significativamente después de los 2 años y los niños pueden girar y cambiar de posición mucho mejor por sí mismos.
Mantas de plumas: un punto de atención adicional
Las mantas de plumas son ligeras y aireadas, lo que ofrece ventajas para los adultos. Pero ten cuidado con los niños pequeños:
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Regulación de la temperatura: las mantas de plumas a veces pueden sentirse más cálidas que una manta de algodón porque el relleno de plumas retiene el calor. Esto, combinado con un niño pequeño, puede ser demasiado cálido, especialmente en una habitación bien aislada.
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Lavabilidad: las plumas son menos fáciles de lavar que el algodón o los materiales sintéticos, lo que es útil en caso de accidentes o mojar la cama.
Si eliges mantas de plumas para niños pequeños mayores de 2 años, asegúrate de que no sean demasiado pesadas ni demasiado cálidas y, preferiblemente, elige un tipo con un valor TOG adecuado para las estaciones.
En lugar de introducir inmediatamente una manta de plumas gruesa, también puedes considerar:
Así lo harás seguro y cómodo, lo que resultará en un sueño reparador sin riesgos.
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