¿Detectamos enfermedades con la mirada? Instinto femenino y salud.

En nuestra sociedad hiperconectada, y tras la era post-Covid donde todos observamos atentamente cualquier síntoma, existe la creencia de que las mujeres poseen una capacidad casi intuitiva para detectar si alguien está enfermo con solo mirarlo a la cara. Algunos lo describen como una especie de radar social innato.

Pero, ¿qué dice realmente la ciencia al respecto? ¿Se trata de una verdad biológica, un efecto social o simplemente una ligera tendencia estadística sin gran relevancia práctica?

Un instinto social profundamente arraigado

Durante décadas, los investigadores han sabido que los seres humanos son capaces de distinguir rostros enfermos de rostros sanos basándose en simples pistas visuales. Un estudio realizado por Axelsson y colaboradores demostró que los observadores pueden identificar señales de enfermedad (como una piel más pálida, labios menos coloridos o rasgos hundidos) simplemente observando fotografías de rostros, sin ningún sonido o movimiento. Estas son lo que se conoce como pistas tempranas de enfermedad.

Esto es fascinante y responde a una necesidad evolutiva básica: evitar el contagio. Más que una capacidad cognitiva abstracta, se trata de una estrategia conductual compuesta por pistas visuales, emocionales y sociales.

Mujeres vs hombres: una diferencia estadísticamente real… pero leve

Específicamente en lo que respecta al género, varios estudios convergen en una tendencia: las mujeres tienden a ser ligeramente mejores que los hombres para detectar signos sutiles de enfermedad en los rostros.

Un estudio reciente publicado en Evolution and Human Behavior muestra que, cuando se presentan a los participantes rostros de personas realmente enfermas o sanas, las mujeres distinguieron los rostros enfermos con un poco más de precisión que los hombres; fueron más sensibles a lo que se llama la expresión de “fatiga”, es decir, un conjunto de señales sutiles que sugieren un estado de malestar o cansancio relacionado con una enfermedad.

La diferencia medida es bastante pequeña a moderada, lo que significa que no es una regla absoluta. Como señalan los autores, esta diferencia no implica que todas las mujeres sean buenas en esto y todos los hombres incapaces; se trata de un promedio estadístico observable en ciertas condiciones experimentales.

Mujeres vs hombres: ¿por qué esta diferencia?

Hipótesis, más que certezas

Sobre el origen de esta ligera ventaja femenina, los científicos han propuesto varias líneas de investigación, pero ninguna ha sido demostrada de manera irrefutable.

Una hipótesis, denominada “cuidador primario”, sugiere que, evolutivamente, las mujeres podrían haber estado bajo una presión para seleccionar con mayor precisión las señales de malestar en los niños, especialmente antes del advenimiento del lenguaje hablado. Según esta teoría, esto habría favorecido una mayor sensibilidad a las sutiles pistas de enfermedad.

Otra línea de investigación, más relacionada con la psicología conductual, plantea que las mujeres generalmente muestran una mayor sensibilidad que los hombres a las señales emocionales no verbales, lo que incluye el reconocimiento de las expresiones faciales en general. Un metaanálisis sobre el reconocimiento de las emociones sugiere que, a gran escala, las mujeres obtienen un rendimiento ligeramente mejor que los hombres en tareas de decodificación de las pistas afectivas, emocionales o sociales en el rostro.

Atención a las interpretaciones apresuradas

Un punto crucial que recuerdan los investigadores es que esta capacidad de decodificar la enfermedad a partir de un rostro sigue siendo una habilidad perceptiva entre otras, y que varía enormemente de un individuo a otro. También depende del contexto. En la vida real, combinamos estas pistas visuales con la postura, la voz, el olor o el comportamiento general de la persona, algo que no siempre se reproduce en los estudios con fotografías estáticas.

Otra matización es que la capacidad humana de “leer” un rostro no reemplaza en ningún caso un diagnóstico médico profesional. Identificar señales visuales de malestar no permite diagnosticar una enfermedad. Más bien, es una indicación que puede alertar o fomentar la precaución social, pero el único diagnóstico fiable sigue siendo el de un profesional de la salud, con los exámenes adecuados.

Más allá de los estereotipos: lo que esto nos dice de la sociedad

Este debate sobre las capacidades perceptivas masculinas versus femeninas toca evidentemente cuestiones más amplias que la mera ciencia experimental. En Francia, como en otros lugares, existen movimientos de opinión que abogan por eliminar los sesgos sexistas en la medicina, comenzando por los retrasos crónicos en el diagnóstico de enfermedades en las mujeres.

Por lo tanto, en lugar de concluir abruptamente que “las mujeres tienen un sexto sentido”, es más sensato comprender estos resultados como un componente más de un rompecabezas mucho más amplio, donde la biología, la experiencia social, el aprendizaje cultural y los sesgos cognitivos interactúan.

A SABER

Según un estudio publicado en Brain, Behavior, and Immunity, los observadores identifican más fácilmente a una persona enferma cuando presenta ojos rojos, ojeras o caídos, signos directamente relacionados con la respuesta inmunitaria (inflamación, falta de sueño).