Investigadores de la Universidad de Arizona, pertenecientes al Laboratorio Gutruf, han desarrollado un dispositivo portátil cómodo y fácil de usar que incorpora inteligencia artificial para detectar signos sutiles de fragilidad, lo que representa un avance significativo en el cuidado de personas mayores.
El modelo de atención actual se está quedando atrás. Actualmente, a menudo esperamos a una caída o una hospitalización antes de evaluar la fragilidad de un paciente. Queríamos cambiar el paradigma de reactivo a preventivo.
Philipp Gutruf, jefe asociado del departamento de ingeniería biomédica y autor principal del estudio
El estudio, publicado en Nature Communications el 20 de diciembre, presenta una funda de malla suave que se usa alrededor del muslo inferior y que monitorea y analiza la aceleración de la pierna, la simetría y la variabilidad del paso.
La fragilidad, que indica una mayor susceptibilidad a caídas, discapacidades y hospitalizaciones, afecta al 15% de los residentes estadounidenses mayores de 65 años, según un estudio de 2015 publicado en las Journals of Gerontology.
“Este dispositivo permite a los clínicos intervenir temprano, previniendo potencialmente resultados costosos y peligrosos”, afirmó Gutruf.
Forma y función definen el diseño
El profesor asociado ha dedicado los últimos siete años en la U de A a desarrollar tecnología que monitorea biomarcadores. Su laboratorio publicó un estudio en mayo sobre un dispositivo portátil sin adhesivos que mide el vapor de agua y los gases de la piel para rastrear signos de estrés.
Adaptando y ampliando esa tecnología, la funda impresa en 3D de aproximadamente cinco centímetros de ancho y forrada con pequeños sensores está “diseñada para ser invisible”, según Gutruf.
La funda registra y analiza simultáneamente el movimiento del usuario y produce un análisis de IA. Al enviar solo los resultados, no las cientos de horas de datos grabados, la transmisión se reduce en un 99% y se elimina la necesidad de una conexión a Internet de alta velocidad. Los resultados se transfieren a través de Bluetooth a un dispositivo inteligente. Y las capacidades de carga inalámbrica de largo alcance liberan al usuario de tener que enchufar el dispositivo o cambiar la batería.
“La monitorización continua y de alta fidelidad crea conjuntos de datos masivos que normalmente agotarían una batería en horas y requerirían una conexión a Internet de alta velocidad para cargarse. Resolvimos esto con la IA en el borde”, dijo Kevin Kasper, autor principal del estudio y candidato a doctorado en ingeniería biomédica.
La tecnología habilitada con IA es “una solución ideal para la monitorización remota de pacientes en comunidades rurales o con pocos recursos”, añadió.
“Estamos poniendo, en efecto, un laboratorio en el paciente, sin importar dónde viva”.
Fuente:
Referencia del diario:
Kasper, K. A., et al. (2025). Wearable AI for on-device frailty assessment. Nature Communications. doi: https://doi.org/10.1038/s41467-025-67728-y. https://www.nature.com/articles/s41467-025-67728-y
