Tras una pérdida de confianza en el otoño, la directiva y el CEO de DroneShield deberán invertir en la empresa. Los inversores han acogido favorablemente esta medida.
DroneShield, empresa australiana de tecnología de drones, busca recuperar la confianza de los inversores tras las turbulencias generadas por importantes ventas internas en el otoño. La compañía ha anunciado una política de participación mínima obligatoria para la directiva y el alto mando, con el objetivo de alinear mejor sus intereses con los de los accionistas.
La nueva normativa establece que todos los directores deberán poseer acciones de la empresa por un valor equivalente a su salario anual en un plazo de tres años tras la implementación de la política. El director general se enfrenta a requisitos aún más estrictos: deberá poseer acciones por un valor equivalente al 200% de su salario anual en el plazo de un año. La medida fue presentada el lunes ante la Bolsa de Australia. Además, la empresa ha anunciado que en febrero de 2026 presentará una actualización para revisar el marco de remuneración de directores y ejecutivos.
