La reciente escalada de tensiones entre Estados Unidos y Venezuela representa algo más que un conflicto bilateral sobre sanciones, petróleo e influencia geopolítica. Para Colombia, la situación actúa como un acelerante con consecuencias directas en la seguridad y las perspectivas de paz regional. En este contexto, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) está siendo instrumentalizada por las tensiones entre Washington y Caracas, según análisis de Francisco Javier Daza, de la Fundación Pares.
“La ELN utiliza el discurso de un ‘avance imperialista’ de Estados Unidos para legitimar políticamente sus acciones armadas”, explica Daza. De hecho, la guerrilla justificó explícitamente su reciente paro armado de 72 horas a nivel nacional, durante la época navideña, como una respuesta a la política latinoamericana de Donald Trump.
Daza considera que esta retórica es una distorsión peligrosa y un mero pretexto: “Es un argumento muy débil, francamente carente de sentido. Al final, no es el gobierno de Estados Unidos quien sufre las consecuencias, sino la población civil colombiana”. La invocación a Trump, según el experto, sirve principalmente a la ELN para demostrar control territorial y generar temor, en lugar de perseguir objetivos geopolíticos reales.
Simultáneamente, el curso confrontacional de Trump hacia Venezuela agudiza las tensiones regionales, abriendo un espacio adicional para los grupos armados. “El fin de año es extremadamente tenso”, afirma Daza en conversación con la APA. “Estamos a la espera de lo que hará Trump, si habrá una incursión militar o nuevas escaladas”. Esta incertidumbre impacta directamente a Colombia.
La política exterior estadounidense, cada vez más agresiva, coloca a la ELN en un nuevo y peligroso rol estratégico. Daza advierte que la guerrilla ya no actúa únicamente como un grupo rebelde local, sino como un actor binacional con la aquiescencia del gobierno de Maduro. “Es posible que Maduro tenga a la ELN como un ‘as bajo la manga’ en caso de una incursión militar estadounidense”, señala.
El grupo comparte no solo una afinidad ideológica con el chavismo, sino que defiende en Venezuela intereses estratégicos concretos que “no abandonará fácilmente”. Cualquier nueva escalada por parte de Washington, según el análisis del experto, podría repercutir directamente en Colombia: si la presión sobre Venezuela se intensifica, la ELN podría utilizar el país vecino como vía de escape y refugio.
La concesión del Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, ha “echado leña al fuego”, según Daza. Este reconocimiento internacional sirve al presidente Trump como legitimación para su política de máxima presión y el actual bloqueo marítimo. Ante la posibilidad de una intervención estadounidense, la situación sigue siendo altamente explosiva. “Estamos a la espera de lo que hará Trump”, reitera.
El experto subraya que la tensa relación entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y Trump dificulta una “gestión coordinada de la crisis”. La futura relación con Washington y Caracas, según Daza, “será inevitablemente uno de los principales temas de los próximos debates presidenciales” en Colombia.
(La entrevista fue realizada por Sara Meyer/APA en Bogotá)
