Con un mercado nacional que supera los 100 millones de euros y un crecimiento de dos dígitos, el ingrediente más sencillo de la despensa se ha convertido en un elemento estratégico para diversas industrias.
A primera vista, la gelatina puede parecer un producto simple, casi infantil. Sin embargo, detrás de sus colores vibrantes y su textura temblorosa, se esconde un negocio sólido y en expansión. En Portugal, el mercado de la gelatina generó alrededor de 107 millones de euros en 2024 y se espera que se acerque a los 200 millones de euros para 2030, según datos de Grand View Research, lo que representa una tasa de crecimiento anual promedio superior al 11,2%. Aunque representa solo alrededor del 1,7% del mercado global, Portugal ha ido consolidando su posición en el contexto europeo, impulsado por la demanda en los sectores alimentario, farmacéutico y cosmético.
Este crecimiento se sustenta en tres pilares fundamentales: la alimentación, a través de postres, repostería y productos procesados; la industria farmacéutica, debido a la demanda de cápsulas, suplementos y medicamentos de fácil absorción; y la cosmética, donde el colágeno está en auge, ya sea en cremas o sérums, lo que valora a la gelatina como un ingrediente funcional. Además, los productos listos para consumir siguen presentes en la mayoría de los hogares portugueses, reforzando el carácter tradicional de este ingrediente.
¿Quién compra más y quién vende más?
El país no es un gran productor, pero asume un papel intermedio en las cadenas de valor. Según Report Linker, las importaciones alcanzarán los 3,4 millones de kilos para 2026, mientras que las exportaciones, aunque más modestas, mantienen destinos diversificados como São Tomé y Príncipe, Tanzania y Estados Unidos. La integración en los mercados europeos y la eficiencia logística ayudan a explicar esta posición. La misma fuente indica que el país ocupa una posición intermedia en los rankings globales de consumo, por detrás de potencias como Alemania, Reino Unido y Bélgica, pero se beneficia de sólidas cadenas de distribución europeas y de la integración en mercados regionales.
En el mercado nacional, operan marcas históricas como Condi Alimentar, pionera en gelatinas sin azúcar, Solibom, especializada en gelatina en hojas, o Fábrica Lusitana, propietaria de la marca Branca de Neve. Son ejemplos de un sector tradicional que ha sabido adaptarse, aunque de forma gradual. A nivel global, el estudio TBRC, Gelatin Global Market Report 2025–2034 señala que el valor de la gelatina superará los 3,4 mil millones de euros para 2029, con una CAGR de alrededor del 7%. Europa Occidental lidera a nivel regional y Estados Unidos domina a nivel nacional.
¿De qué está hecha la gelatina?
En términos de materias primas, la gelatina de piel de cerdo domina, representando cerca del 45% del mercado global, mientras que la función de estabilizador es la más relevante en aplicaciones industriales, respondiendo por el 46% del valor del mercado global. La alimentación y las bebidas siguen siendo el principal destino, con alrededor del 57% del mercado global, lo que confirma que la gelatina no es solo “un postre colorido”, sino un ingrediente funcional estratégico.
A pesar de la existencia de alternativas vegetales, como las basadas en algas, la gelatina de origen animal domina el consumo en Portugal, principalmente proveniente de colágeno bovino y porcino. Algunas marcas nacionales ofrecen opciones veganas, pero las cifras de cuota de mercado de estas alternativas no son claras públicamente, según datos de Nutripédia.
Hasta 2029, se espera que los segmentos más prometedores sean la gelatina de piel de cerdo, las aplicaciones como estabilizador y el sector alimentario y de bebidas. En conjunto, estos segmentos deberían generar más de 1.700 millones de euros en valor adicional en el mercado global, lo que refleja la diversificación de las aplicaciones de la gelatina. Con un crecimiento anual sólido, importaciones en expansión y exportaciones prometedoras, la gelatina demuestra que, a veces, lo que parece inestable puede ser económicamente sólido.
Retos estructurales
A pesar del crecimiento, el sector enfrenta desafíos estructurales. Datos de Business Research Insights revelan que el cambio en los hábitos de consumo, la preferencia por etiquetas más simples y la demanda de certificaciones como halal (certificación islámica), kosher (certificación de acuerdo con las reglas alimentarias judías) o no OGM (que no contienen alimentos genéticamente modificados) están presionando a los productores a innovar. Se estima que casi un tercio de los consumidores prioriza este tipo de garantías, una tendencia que también comienza a reflejarse en segmentos portugueses más exigentes.
Existen alternativas, pero aún son marginales. La gelatina de pescado, por ejemplo, representa solo el 4% del mercado, mientras que las de origen bovino y porcino siguen dominando. Aún así, alrededor del 22% de los fabricantes ya han introducido soluciones de origen marino, lo que indica que la modernización, aunque lenta, está en curso.
En un sector donde la tradición y la funcionalidad van de la mano, la gelatina demuestra que incluso los productos más simples pueden ocultar negocios robustos, siempre y cuando sepan adaptarse a un consumidor cada vez más exigente, sin poner en peligro los beneficios.
