Advertencia: Este texto contiene descripciones perturbadoras de violencia. Por favor, téngalo en cuenta antes de leerlo y al compartirlo con menores.
A través de una pequeña ventana, veía el cielo azul, escuchaba el canto de los pájaros. Pero estaba atrapada – “aquí, en este baño, esta suciedad, esta brutalidad, este asco”. Estas son las impactantes palabras de Romi Gonen, ex rehén israelí de Hamás. La noche del jueves, casi un año después de su liberación, habló sobre el horror que vivió en Gaza. En una entrevista para el canal de televisión israelí Kanal 12, relató cómo fue abusada sexualmente por varios terroristas en diferentes grados.
Gonen fue secuestrada el 7 de octubre de 2023 durante el ataque masivo de Hamás, en el que más de 1200 personas fueron asesinadas y 251 secuestradas, mientras se encontraba en el festival Nova. En el programa “Uvda” de Kanal 12, la joven de 25 años habló públicamente por primera vez sobre su experiencia personal. El 19 de enero de 2025, la joven israelí regresó a casa después de 471 días en cautiverio, como parte de un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes.
“La pregunta que todos se hacen es: ¿fuiste abusada sexualmente? Pero nadie la plantea, porque nadie quiere escuchar la respuesta”, afirmó, revelando cuatro casos de abuso sexual perpetrados por diferentes hombres de distinta gravedad. El tercer ataque, según sus palabras, fue el peor.
Un enfermero en Gaza la abusó
Apenas cuatro días después de su secuestro, mientras se encontraba en Gaza, fue víctima de violencia sexual por parte de un enfermero. “Fui a ducharme y él vino conmigo, diciendo que me iba a ayudar. Estaba herida, no tenía fuerzas. Estaba en una situación en la que no podía hacer nada. Me quitó todo”, relató.
Posteriormente, fue retenida en un apartamento por dos secuestradores de Hamás: Mohammed y el más joven, Ibrahim. Gonen describió el primer ataque de Mohammed: “De repente sentí que me masajeaba la espalda. Su mano luego se movió hacia mi cintura. Lo detuve, le dije: ‘Deja de tocarme’, aparté su mano. Entonces me levanté y grité: ‘No me toques más’”.
A la mañana siguiente, la situación empeoró. “Dijo que eso no volvería a suceder y explicó: ‘A partir de ahora dormiremos muy juntos. Si vas al baño, yo iré contigo. Todas las noches te encadenaré a mí’”. Así comenzó su tiempo en esa casa, según Gonen.
El peor momento llegó poco después. “Duró casi media hora”. Se despertó mientras Mohammed e Ibrahim estaban de pie sobre ella, hablando entre ellos. Hamás había ordenado que la mataran, dijo Mohammed. Luego añadió que había una forma de mantenerla con vida: debían huir del apartamento.
Romi Gonen: “El miedo paraliza. Estaba como congelada. Solo sentía miedo, asco y una sola pregunta: ¿Por qué?”
“Entonces me ordenó que fuera al baño y me lavara la cara en el lavabo, porque no sabía cuándo volvería a ser posible. Lloraba desconsoladamente y él estaba en el séptimo cielo”. En ese momento, miró por la pequeña ventana. “El cielo estaba azul, todo era normal. Y pensé: Esta es mi realidad. Ese contraste – la belleza afuera y la suciedad, la brutalidad aquí dentro – nunca lo olvidaré”.
Según sus palabras, uno no puede entender lo que le sucede al cuerpo a menos que esté en una situación así. “El miedo paraliza. Estaba como congelada. Solo sentía miedo, asco y una sola pregunta: ¿Por qué?”
Después, comenzó un pitido en sus oídos, no escuchaba nada y pensó que se desmayaría, tanto era el shock. “Pensé: ‘Todos en Israel creen que estás muerta, y tú estás aquí, cautiva como esclava sexual’”. Más tarde, Mohammed la amenazó con un arma, dejando claro: “Si le cuentas esto a alguien, te mataré”.
El terrorista trajo una prueba de embarazo
Una y otra vez, ambos terroristas también la interrogaban sobre su vida sexual. Para protegerse, inventó un esposo. “Lo llamé Yarden”. Cuando su período no llegó, “todos entramos en pánico”, relató Gonen con una claridad perturbadora. “Mi mayor miedo era que me hubieran hecho algo”. Mohammed finalmente trajo una prueba de embarazo. “Dio negativo”.
Gonen dijo que el acoso continuó durante todo el tiempo que estuvo en ese apartamento. “Me sentaba en la cama, Ibrahim se sentaba a mi lado y me tocaba. Todo sucedía en completo silencio en la habitación. Empecé a llorar incontrolablemente y él amenazó: ‘Ten cuidado, si no te calmas, me enfadaré’”. Así pasaron los días. “Iba al baño, Mohammed venía conmigo y me observaba. Me sentaba en la cama, Ibrahim estaba allí. Fueron, con diferencia, los 16 días peores de mi cautiverio”.
El presidente israelí Isaac Herzog elogió la decisión de Gonen de hablar públicamente como “un acto de valentía extraordinaria”. Su testimonio hace “visible la crueldad y la depravación moral de Hamás”. Al mismo tiempo, dirige la atención hacia un tema del que muchos ex rehenes apenas pueden hablar: la violencia sexual.
Hombres también fueron víctimas de violencia sexual
También hay ex cautivos varones que han declarado públicamente haber sido víctimas de abuso sexual. Entre ellos se encuentran Alon Ohel y Guy Gilboa-Dalal, quienes denunciaron agresiones por parte de guardias. Los testimonios recopilados subrayan que el abuso sexual cometido por Hamás fue sistemático y no aleatorio.
El personal médico que atiende a los rehenes liberados también informa que muchos de ellos presentan signos de traumas graves que sugieren abuso sexual, incluso si no pueden o no están dispuestos a describirlo en detalle.
La decisión de Gonen de hablar, a pesar de la carga personal, se considera un punto de inflexión. Organizaciones de derechos humanos y de mujeres afirman que su testimonio refuerza las demandas de investigaciones internacionales sobre los crímenes de guerra cometidos por Hamás durante las masacres del 7 de octubre de 2023 y sus consecuencias.
Para la joven israelí, la motivación es clara: “Hablo porque lo que nos sucedió no debe ser negado ni jamás olvidado”.
