El coraje de Ahmed al-Ahmed ha conmovido al mundo. Durante el ataque terrorista del 14 de diciembre en Bondi Beach, Sídney, este hombre desarmó a uno de los agresores, recibiendo dos disparos en el brazo izquierdo. Las imágenes de su valiente intervención se han viralizado en las redes sociales.
Ahora, al-Ahmed, de 44 años, ha hablado por primera vez sobre lo sucedido. “Mi alma me hizo hacerlo”, declaró al canal estadounidense CBS. Relató que, sin dudarlo, sujetó al atacante por la espalda y le arrebató el arma. “Todo en mi corazón y en mi cerebro trabajó en conjunto para salvar vidas”, afirmó, añadiendo: “Sentí algo, una fuerza en mi cuerpo, en mi cerebro, y no quería presenciar cómo mataban a gente frente a mis ojos, no quería ver sangre, no quería oír su arma, no quería ver a la gente gritar y suplicar pidiendo ayuda”.
Al-Ahmed fue sometido a múltiples intervenciones quirúrgicas
El padre de familia se encontraba cerca de la playa con un amigo cuando comenzó el ataque contra los asistentes a una celebración de Janucá. A pesar de sus heridas, se mantuvo enfocado en detener al agresor, de 50 años, quien era el padre del segundo atacante. Al-Ahmed explicó que no tuvo tiempo de pensar mucho: “Solo quería quitarle el arma y evitar que matara a gente inocente”.
Su acción obligó al atacante a retirarse, evitando que causara más daño. Según el canal australiano ABC, al-Ahmed, originario de Siria y ahora ciudadano australiano, ha tenido que ser operado en varias ocasiones debido a sus heridas.
Campaña de recaudación de fondos para la recuperación de al-Ahmed
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha calificado a al-Ahmed como un ejemplo para todos los australianos. El rey Carlos y el presidente estadounidense, Donald Trump, también han elogiado su valentía. Una campaña de recaudación de fondos para su recuperación ha logrado reunir hasta ahora más de 2,6 millones de dólares australianos (1,5 millones de euros).
El ataque contra una celebración judía en la mundialmente famosa playa de Bondi Beach en Sídney se cobró la vida de 16 personas, incluyendo a uno de los atacantes.
