En medio de una intensa rivalidad entre Estados Unidos y China por el desarrollo de la inteligencia artificial, la tecnología china está ganando terreno silenciosamente en el mercado estadounidense.
A pesar de las considerables tensiones geopolíticas, los modelos de IA de código abierto chinos están atrayendo a un número creciente de programadores y empresas en Estados Unidos.
Estos modelos difieren de las IA generativas de código cerrado que se han vuelto populares, como los de OpenAI (ChatGPT) o Google (Gemini), cuyo funcionamiento interno está estrictamente protegido.
En contraste, los modelos “abiertos” ofrecidos por numerosas empresas chinas, desde Alibaba hasta DeepSeek, permiten a los programadores personalizar el software según sus necesidades.
Según un informe publicado este mes por la plataforma para desarrolladores OpenRouter y la firma de capital de riesgo estadounidense Andreessen Horowitz, el uso de modelos de código abierto desarrollados en China ha aumentado considerablemente, pasando de apenas el 1,2% a finales de 2024 a casi el 30% en agosto.
Wang Wen, decano del Instituto de Estudios Financieros Chongyang de la Universidad Renmin de China, declaró a AFP que los modelos de código abierto chinos “son baratos, en algunos casos gratuitos, y funcionan bien”.
Un empresario estadounidense, que pidió permanecer en el anonimato, reveló que su empresa ahorra 400.000 dólares anuales utilizando los modelos de IA Qwen de Alibaba en lugar de los modelos propietarios.
“Si necesitas capacidades de vanguardia, recurres a OpenAI, Anthropic o Google, pero la mayoría de las aplicaciones no lo requieren”, afirmó el empresario.
El gigante de los chips estadounidense Nvidia, la empresa de IA Perplexity y la Universidad de Stanford en California también están utilizando los modelos Qwen en parte de su trabajo.
– El impacto de DeepSeek –
El lanzamiento en enero del modelo de lenguaje grande (LLM) “R1” de alto rendimiento, bajo costo y de código abierto de DeepSeek desafió la percepción de que la mejor tecnología de IA debía provenir de las grandes empresas estadounidenses como OpenAI, Anthropic o Google.
También supuso un punto de inflexión para Estados Unidos, inmerso en una batalla por el dominio de la tecnología de IA con China, al mostrar hasta dónde había llegado su rival.
Los modelos de IA de MiniMax y Z.ai, también de China, son populares a nivel internacional, y el país ha entrado en la carrera por construir agentes de IA, programas que utilizan chatbots para completar tareas en línea como comprar entradas o añadir eventos a un calendario.
Los modelos compatibles con agentes, y de código abierto, como la última versión del modelo Kimi K2 de la startup Moonshot AI, lanzado en noviembre, se consideran la próxima frontera en la revolución de la IA generativa.
El gobierno estadounidense es consciente del potencial del código abierto.
En julio, la administración Trump publicó un “Plan de Acción para la IA” que afirmaba que Estados Unidos necesitaba “modelos abiertos líderes fundados en valores estadounidenses”.
Estos podrían convertirse en estándares globales, según el plan.
Sin embargo, hasta ahora, las empresas estadounidenses están siguiendo un camino diferente.
Meta, que lideró los esfuerzos de código abierto del país con sus modelos Llama, ahora se está concentrando en la IA de código cerrado.
No obstante, este verano, OpenAI, bajo presión para revivir el espíritu de sus orígenes como organización sin fines de lucro, lanzó dos modelos de “peso abierto” (ligeramente menos maleables que los de “código abierto”).
– ‘Generar confianza’ –
Entre las principales empresas occidentales, solo la francesa Mistral se mantiene fiel al código abierto, pero su uso está muy por detrás de DeepSeek y Qwen en las clasificaciones.
“Las ofertas de código abierto occidentales simplemente no son tan interesantes”, dijo el empresario estadounidense que utiliza Qwen de Alibaba.
El gobierno chino ha fomentado la tecnología de IA de código abierto, a pesar de las dudas sobre su rentabilidad.
Mark Barton, director de tecnología de OMNIUX, dijo que estaba considerando utilizar Qwen, pero algunos de sus clientes podrían sentirse incómodos con la idea de interactuar con una IA fabricada en China, incluso para tareas específicas.
Dadas las actuales posturas de la administración estadounidense hacia las empresas tecnológicas chinas, persisten los riesgos, según Barton.
“No querríamos apostarlo todo por un proveedor de modelos específico, especialmente uno que quizás no esté alineado con las ideas occidentales”, afirmó.
“Si Alibaba fuera sancionada o su uso fuera efectivamente prohibido, no querríamos vernos atrapados en esa situación”.
Pero Paul Triolo, socio de DGA-Albright Stonebridge Group, dijo que no existen “problemas importantes” en torno a la seguridad de los datos.
“Las empresas pueden elegir utilizar los modelos y basarse en ellos… sin ninguna conexión con China”, explicó.
Un estudio reciente de Stanford publicado sugirió que “la propia naturaleza de las publicaciones de modelos abiertos permite un mejor escrutinio” de la tecnología.
Gao Fei, director de tecnología de la plataforma china de bienestar con IA BOK Health, está de acuerdo.
“La transparencia y la naturaleza compartida del código abierto son en sí mismas las mejores formas de generar confianza”, afirmó.
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