Jake Paul, el controvertido influencer convertido en boxeador, afirma con orgullo haberse convertido en el rostro del boxeo en la última década. Ahora, el estadounidense se prepara para el combate más arriesgado de su carrera profesional, tras 13 peleas contra oponentes que no cuentan con el mismo nivel de actividad y talento que su próximo rival.
Paul se enfrentará al dos veces campeón de los pesos pesados, Anthony Joshua, el sábado (hora de Nueva Zelanda) en el Kaseya Centre, sede de los Miami Heat de la NBA. El combate, programado a ocho asaltos, será transmitido en vivo por Netflix sin necesidad de pagar un costo adicional por evento.
A pesar de que Joshua, de 36 años (28-4, 25 KOs), no ha peleado desde septiembre de 2024, cuando fue noqueado por Daniel Dubois en cinco asaltos, es el claro favorito para frustrar los ambiciosos planes de Paul.
“Las probabilidades están en mi contra”, admitió Paul durante la última conferencia de prensa antes del combate. “Nunca antes se había visto una diferencia tan grande en términos de habilidades, experiencia, trayectoria, altura y peso. Esto podría ser la mayor sorpresa en la historia del deporte, y ustedes serán testigos de ello.”
Durante la sesión fotográfica final, Joshua, con una altura de 1,98 metros, superó en tamaño a Paul, quien mide 1,85 metros. Además, Joshua posee una ventaja de 15 centímetros en el alcance (82-76). Cabe destacar que 12 de las 13 peleas de Paul se han disputado en el límite de peso crucero de 90 kilogramos.
Paul, de 28 años (12-1, 7 KOs), ha construido su récord profesional a través de métodos poco convencionales. Ha obtenido victorias sobre excampeones de UFC como Anderson Silva y Nate Díaz, y también superó por decisión unánime al exmonarca de peso medio Julio Cesar Chavez Jr.
Su capacidad para convencer al legendario Mike Tyson, de 58 años, de enfrentarlo el año pasado, añadió un ambiente circense a sus combates. Sin embargo, el enfrentamiento contra el campeón de peso pesado, que Paul ganó por decisión unánime, atrajo a 72.300 espectadores al AT&T Stadium en Arlington, Texas, y generó un total de 108 millones de visualizaciones en todo el mundo.
A pesar de la gran cantidad de seguidores que ha ganado a través de sus plataformas de redes sociales, Paul reconoce que existen detractores que lo consideran un insulto para el deporte y para aquellos boxeadores que han luchado arduamente para llegar a la contienda y tener oportunidades de campeonato.
“Nadie ha hecho más por el boxeo en la última década que yo”, afirmó Paul, quien también dirige su propia empresa de promoción que supervisará la cartelera de nueve combates del viernes. “Creo que si la gente realmente se preocupara por el boxeo, querría que yo ganara. Entiendo el punto de vista de quienes piensan que Joshua es el boxeador tradicional, que ha dedicado toda su vida a esto. Pero creo que soy más importante para el boxeo. Si realmente les importara el deporte, querrían que yo ganara.”
Joshua, quien también ganó una medalla de oro olímpica representando a Gran Bretaña en los Juegos Olímpicos de Verano de 2012, comprende su papel percibido como el salvador del boxeo ante Paul.
“Parece que me han llamado para salvar la esencia pura del boxeo”, dijo Joshua. “A la gente no le gusta que me enfrente a Jake. Si eso me preocupa o no, es otra cuestión. Si vemos a las personas que no quieren que esté aquí, quieren que ponga fin al espectáculo de Jake Paul. Por eso tengo que llevar el boxeo sobre mis hombros en esta pelea.”
El combate de Joshua contra Paul será su segundo en Estados Unidos. Joshua espera obtener un resultado mejor que en su debut, cuando Andy Ruiz Jr. lo noqueó en siete asaltos para poner fin a su primer reinado de peso pesado hace seis años en el Madison Square Garden.
“Fue una tragedia, una derrota”, reflexionó Joshua sobre su primera derrota profesional. “Pero si estás en el deporte, puede suceder. Puedes sufrir algunas derrotas, pero el objetivo es recuperarse. A través de la tragedia siempre puede haber una gran historia. Esto es solo parte de mi vida.”
