Durante años, los residentes y comerciantes de Chinatown han tenido que lidiar con un peculiar fenómeno: un grupo de personas mayores que organiza sesiones de karaoke improvisadas en la calle. Con su propio altavoz y proyector, estos aficionados al canto se reúnen, generalmente por las tardes y noches, en la salida C de la estación de MRT de Chinatown, cerca de Pagoda Street, para interpretar sus canciones favoritas.
Las quejas no son nuevas. En agosto, un usuario anónimo reportó a Stomp que las presentaciones se extendían más allá de las 10 de la noche. Según el denunciante, la calidad del canto era deficiente y el volumen, excesivo, interrumpiendo tanto a los comensales como a los negocios de la zona. Además, señalaron que el grupo solía bloquear el paso de los peatones.
El periódico Shin Min Daily News ya había informado sobre la situación en agosto. En diciembre, la problemática se intensificó, según reportó Stomp.
JD, un empleado de un comercio cercano, expresó su frustración: “Es un problema para nuestras ventas y para mis compañeros de trabajo, incluso dentro de las tiendas. El ruido y el mal canto son insoportables. No soy el único que ha tenido experiencias desagradables con este grupo. Parece que otros empleados y dueños de negocios han intentado hablar con ellos amablemente, pero sin éxito.”
JD compartió un video de una confrontación que tuvo con el grupo en julio de 2023, donde les solicitó ver su licencia para realizar espectáculos. El video muestra la llegada de la policía, quienes clasificaron el incidente como una disputa.
El denunciante también compartió fotos de la licencia, que indicaba que el grupo estaba autorizado a presentarse todos los lunes, desde el 19 de mayo de 2023 hasta el 28 de agosto de 2023, entre las 5 p.m. y las 10 p.m. El título del espectáculo era “Senior Citizen Leisure Hours” (Horas de Ocio para Adultos Mayores).
JD envió un correo electrónico a la Autoridad de Infocomunicaciones, Medios y Desarrollo Digital (IMDA) expresando su preocupación, argumentando que la actuación del grupo no se percibía como arte o entretenimiento público. En su correo electrónico, JD cuestionó la capacidad del organismo regulador para garantizar la seguridad y el orden público, sugiriendo que el grupo se comportaba de manera agresiva.
IMDA respondió al día siguiente, indicando que habían tomado nota de las quejas y que su equipo revisaría el caso, tomando las medidas necesarias.
