¿Conoces Millionnaire City? No, ¿verdad? No me extraña. No es el tipo de historias que cuentan los Jed… los antiguos de Gamekult. Es una leyenda de Facebook. Millionnaire City era uno de esos incontables city builders sociales donde el objetivo era construir la ciudad más grande posible y reclutar al máximo de amigos de Facebook para intentar obtener más recursos, lo que, ahora que tengo la edad suficiente para entenderlo, se define como una pirámide de Ponzi. Y me parece una lástima que nunca se haya podido construir un edificio legendario en el juego en honor al bueno de Nanard Madoff.
« Venga, manda energía, no seas tacaño »
Pero me desvío. Millionnaire City fue para mí la cima del game design, entendiendo que tenía una capa social superficial para darme una excusa para mantenerme en contacto con compañeros de la escuela primaria después de la dispersión del colegio, y que el objetivo era simplemente construir edificios cada vez más grandes. Y para un adolescente, construir cosas grandes ya es un fin en sí mismo. Así que cuando Electronic Arts propuso su propia variación del concepto con Les Simpson : Springfield –también conocido como The Simpsons : Tapped Out–, me vi obligado a hacerme con mi iPad (que descanse en paz) y probarlo entre sesiones de Iron Man 3 – Le jeu officiel. Sí, tenía gustos pésimos, pero sobre todo tenía 14 años, dejadme en paz.
Creo que poca gente lo sabe, pero esta adaptación estaba dirigida por J. Stewart Burns, autor y productor de la serie animada desde 2003. De ahí ese pequeño toque extra de calidad. Se trataba de reconstruir Springfield a nuestra manera y la progresión estaba marcada por eventos regulares que introducían personajes y lugares icónicos de la serie, desde la escuela local hasta las instalaciones de la secta de los Talladores de Piedra en la sexta temporada. Un agradable popurrí que respetaba bastante el humor de la serie y te daba ganas de volver y redescubrir personajes especiales que quizás no conocías. Porque, en mi opinión, la gran calidad de los juegos con licencia y otros productos derivados es que, si bien son principalmente iniciativas mercantiles, también son excelentes puertas de entrada, especialmente para los más jóvenes, que esencialmente descubrirán una visión fragmentada de una serie y quizás se interesen por ella.
Creo que los niños siempre son más curiosos que los adultos por necesidad. A esa edad, lo cotidiano sigue siendo un descubrimiento constante; hay todo un capital cultural que construir, y casi todas las obras de larga duración se descubren por una puerta trasera, un videojuego, un estuche escolar, un episodio de una serie animada emitido de forma desordenada. A menos que un adulto lo guíe, el niño debe apropiarse de las piezas del rompecabezas. Y el videojuego, por su naturaleza entretenida, anima a perseverar a pesar de las incomprensiones, lo que a su vez aumenta las posibilidades de que el niño se involucre y quiera descubrir más. Esa es, al menos, mi opinión.
Una familia americana como ninguna otra
Así, si he atribuido a Dissidia : Final Fantasy el ser mi puerta de entrada al JRPG, creo que Les Simpson : Springfield me ayudó a superar el interés cortés pero esporádico por la serie animada para interesarme realmente por ella. Creo que entonces me di cuenta de que los personajes evolucionaban, que había gags recurrentes que no había notado y que me faltaban muchísimos episodios; a través de este citybuilder cuyo objetivo principal seguía siendo limitar nuestras acciones para incitarnos a gastar dinero en microtransacciones, comprendí la magnitud de Los Simpson y empecé a captar su alcance, cuando hasta entonces pensaba que era una simple serie animada al mismo nivel que Totally Spies o Les Zinzins de l’Espace. Todo porque me preguntaba quién era ese tipo gracioso disfrazado de abeja y me perdí en interminables túneles de Wikipedia.
Todo esto para contarte que Les Simpson : Springfield se apagó el 24 de enero de 2025 en la indiferencia general. De este citybuilder quedarán algunos recuerdos, pero también el episodio Jeux gratuits payants de South Park, que se burla abiertamente de su modelo económico a través de una versión paródica sobre Terrance y Philip. Al final, se aprende que el título está gestionado por Belzeprout, el Diablo de Canadá. Que yo sepa, en la vida real J. Stewart Burns es una persona humana normal, pero es cierto que la duda sigue permitida sobre los ejecutivos de Electronic Arts…
