La tarea se presenta compleja para Emmanuel Macron en su cuarta visita de Estado a China desde 2017. El presidente francés ha constatado la dificultad de lograr cambios significativos en la política económica china.
Esta dificultad se manifiesta especialmente en lo que respecta a los desequilibrios comerciales. Intentos previos por parte de administraciones estadounidenses, que culminaron en la guerra comercial impulsada por Donald Trump, sirven como precedente.
El déficit comercial de la Unión Europea continúa ampliándose. Desde la pandemia de Covid-19, las importaciones europeas procedentes de China han aumentado en casi un 35%, mientras que las exportaciones hacia Pekín han experimentado un crecimiento apenas perceptible. Este escenario se produce en un contexto de crecimiento del Producto Interno Bruto chino, que se sitúa entre el 4 y el 5% anual.
Durante su encuentro este jueves en Pekín con su homólogo chino, Xi Jinping, el presidente francés mantuvo un “intercambio exhaustivo” sobre esta problemática, según fuentes oficiales.
