Marty Supreme, la más reciente propuesta del aclamado director Josh Safdie (conocido por sus intensos thrillers Good Time y Uncut Gems), no es una película deportiva convencional. Se trata más bien de un cautivador estudio de personaje envuelto en una trepidante trama.
Safdie, quien coescribió el guion junto a Ronald Bronstein, mantiene el ritmo frenético característico de su trabajo anterior. La película logra su autenticidad gracias a la impresionante fotografía en 35mm de Darius Khondji, la recreación meticulosa de los escenarios de Nueva York en la década de 1950 por Jack Fisk, y un elenco de actores excepcionalmente bien elegido.
Timothée Chalamet interpreta a Marty Mauser, un estafador nato y un jugador de ping-pong prodigioso, inspirado libremente en el campeón estadounidense Marty Reisman. La historia se desarrolla en 1952, donde Marty, que trabaja en la zapatería de su tío en el Lower East Side de Nueva York, sueña con la gloria internacional en un deporte que aún no goza de gran reconocimiento en Estados Unidos.
Marty es ambicioso, impulsivo y profundamente egoísta. Su relación con Rachel Mizler (interpretada por la carismática Odessa A’zion), una amiga de la infancia y vecina que trabaja en una tienda de mascotas y está casada con un hombre torpe (Emory Cohen), añade otra capa de complejidad a su ya problemática vida.

La determinación de Marty se pone a prueba desde el principio, cuando recurre a métodos extremos – incluso amenazando a su colega Lloyd (Ralph Colucci) con una pistola – para conseguir el dinero necesario para viajar a Inglaterra y participar en un campeonato de ping-pong.
En Londres, Marty se las arregla para conseguir una habitación gratuita en The Ritz, donde se involucra con Kay Stone (Gwyneth Paltrow), una antigua estrella de cine que intenta relanzar su carrera con una producción de Broadway financiada por su esposo, un magnate de los bolígrafos llamado Milton (Kevin O’Leary).
Allí se enfrenta a Koto Endo (interpretado por el jugador profesional Koto Kawaguchi), un prodigio japonés del ping-pong, tan calmado y concentrado como Marty es impulsivo y extravagante. El resultado no es favorable para Marty, quien, de vuelta en Estados Unidos, se desespera por conseguir fondos para una revancha.

La tensión aumenta a medida que las apuestas se elevan, intensificada por la banda sonora vertiginosa compuesta por el artista electrónico Daniel Lopatin. Chalamet, conocido por su dedicación a la excelencia, se sumergió por completo en el papel, perfeccionando sus habilidades en el ping-pong durante años y ofreciendo una actuación implacable e incansable.
Logra extraer una sorprendente profundidad emocional de un personaje inherentemente antipático. El actor ya ha recibido nominaciones a Mejor Actor en los Globos de Oro y los Critics Choice Awards, y se espera que reciba una nominación al Oscar en enero.

Gwyneth Paltrow, que regresa a la actuación después de cinco años, también ofrece una interpretación conmovedora como Kay. Su retrato es sensible y revela a una mujer resignada con una aguda intuición. El elenco secundario, heterogéneo y talentoso, añade credibilidad a una historia que desafía la realidad.
Marty Supreme impacta con precisión y se erige como un triunfo lleno de suspense.
