Moscú enfrenta serias advertencias en el mercado energético, con un impacto notable en el precio del petróleo. Según informes recientes, el crudo Urals ruso ha experimentado una caída significativa, llegando a cotizarse a la mitad del precio del Brent, el referente internacional.
La situación se agrava con la imposición de sanciones por parte de Estados Unidos, que han contribuido a desplomar el precio del petróleo ruso hasta los 34 dólares estadounidenses por barril. Este descenso representa una disminución del 44% en comparación con el precio del Brent.
Paralelamente, se observa una acumulación de petroleros cargados con crudo ruso frente a las costas de India y China, sugiriendo dificultades para encontrar compradores o problemas logísticos en la entrega. Esta congestión marítima podría indicar un cambio en la dinámica del mercado y una creciente incertidumbre en torno al suministro de petróleo ruso.
La combinación de sanciones, la caída de precios y la acumulación de buques cisterna plantea interrogantes sobre el futuro del petróleo ruso y su papel en el mercado energético global.
