La política de refuerzos recientemente implementada por Ñublense ha provocado un creciente descontento entre sus seguidores. La preocupación se centra en la incorporación de jugadores provenientes de la Primera B, incluyendo a Carlos Salomón, Hernán Muñoz y Joaquín González. Una parte significativa de la afición considera que estos fichajes no se ajustan al nivel deportivo que el club debería aspirar, especialmente después de haberse consolidado en la Primera División y participar en competiciones internacionales.
El malestar no se dirige a la calidad individual de los nuevos jugadores, sino al mensaje que la directiva transmite con estas decisiones. Muchos hinchas interpretan la apuesta por futbolistas del ascenso como una falta de ambición y un retroceso en la planificación deportiva, en un momento en que el equipo necesita experiencia y jerarquía para competir con los equipos más fuertes del torneo nacional.
En las redes sociales y en las gradas del estadio Nelson Oyarzún, se percibe la sensación de que Ñublense está reduciendo su presupuesto en el proyecto deportivo, priorizando fichajes económicos sobre incorporaciones que puedan elevar el nivel del plantel. Los nombres de Salomón, Muñoz y González son vistos como apuestas arriesgadas, con la incertidumbre de si podrán adaptarse a la exigencia de la Primera División, donde el ritmo, la táctica y la intensidad son superiores a las de la Primera B.
La hinchada reconoce las limitaciones económicas del club, pero demanda coherencia con el crecimiento institucional que Ñublense ha experimentado en los últimos años. Consideran que el equipo ha ganado el derecho a buscar refuerzos con mayor trayectoria, capaces de marcar la diferencia y liderar al equipo en momentos cruciales. La molestia persiste y se manifiesta como una advertencia: el apoyo incondicional de la afición dependerá de señales claras de ambición deportiva y un compromiso firme con un proyecto competitivo.
La semana pasada, el club anunció la salida de Bernardo Cerezo, Carlos Labrín, Esteban Valencia, Diego Tapia, Rodrigo González, Pedro Sánchez, Patricio Rubio y Bayron Oyarzo.
