Cuando los estadounidenses comienzan a tomar medicamentos supresores del apetito como Ozempic y Wegovy, los cambios van más allá de la báscula. Según una nueva investigación, estos medicamentos se asocian con reducciones significativas en el gasto de los hogares en alimentos, tanto en la tienda de comestibles como en restaurantes.
El estudio, publicado el 18 de diciembre en el Journal of Marketing Research, vincula datos de encuestas sobre el uso de agonistas del receptor GLP-1 – una clase de fármacos originalmente desarrollados para la diabetes y ahora ampliamente recetados para la pérdida de peso – con registros detallados de transacciones de decenas de miles de hogares estadounidenses. El resultado es una de las visiones más completas hasta la fecha sobre cómo la adopción de GLP-1 se asocia con cambios en la compra diaria de alimentos en el mundo real.
El hallazgo principal es sorprendente: dentro de los seis meses posteriores al inicio de un medicamento GLP-1, los hogares reducen el gasto en comestibles en un promedio del 5.3%. Entre los hogares de mayores ingresos, la disminución es aún mayor, superando el 8%. El gasto en restaurantes de comida rápida, cafeterías y otros establecimientos de servicio limitado disminuye alrededor del 8%.
Entre los hogares que continúan usando el medicamento, el menor gasto en alimentos persiste al menos durante un año, aunque la magnitud de la reducción disminuye con el tiempo, según explican las coautoras, la profesora asistente Sylvia Hristakeva y la profesora Jura Liaukonyte, ambas de la Charles H. Dyson School of Applied Economics and Management en la Cornell SC Johnson College of Business.
“Los datos muestran cambios claros en el gasto en alimentos después de la adopción”, dijo Hristakeva. “Después de la interrupción, los efectos se vuelven más pequeños y más difíciles de distinguir de los patrones de gasto previos a la adopción”.
A diferencia de estudios anteriores que se basaban en hábitos alimenticios autoinformados, el nuevo análisis se basa en datos de compra recopilados por Numerator, una empresa de investigación de mercado que realiza un seguimiento de las transacciones de comestibles y restaurantes para un panel representativo a nivel nacional de aproximadamente 150,000 hogares. Los investigadores combinaron esos registros con encuestas repetidas que preguntaban si los miembros del hogar estaban tomando medicamentos GLP-1, cuándo comenzaron y por qué.
Esta combinación permitió al equipo comparar a los usuarios con hogares similares que no usaban los medicamentos, aislando los cambios que ocurrieron después de que comenzó la medicación.
Las reducciones no se distribuyeron uniformemente en la tienda de comestibles.
Los alimentos ultraprocesados y densos en calorías – los más estrechamente asociados con los antojos – experimentaron las mayores disminuciones. El gasto en bocadillos salados disminuyó alrededor del 10%, con disminuciones similares en dulces, productos horneados y galletas. Incluso los alimentos básicos como el pan, la carne y los huevos disminuyeron.
Solo un puñado de categorías mostraron aumentos. El yogur fue el que más aumentó, seguido de frutas frescas, barras nutricionales y bocadillos de carne.
“El patrón principal es una reducción en la compra total de alimentos. Solo un pequeño número de categorías muestran aumentos, y esos aumentos son modestos en relación con la disminución general”, dijo Hristakeva.
Los efectos se extendieron más allá del supermercado. El gasto en restaurantes de servicio limitado, como cadenas de comida rápida y cafeterías, también disminuyó considerablemente.
El estudio también arroja luz sobre quién está tomando medicamentos GLP-1. La proporción de hogares estadounidenses que informan al menos un usuario aumentó de alrededor del 11% a finales de 2023 a más del 16% a mediados de 2024. Los usuarios que buscan perder peso tienden a ser más jóvenes y tener mayores ingresos, mientras que aquellos que toman los medicamentos para la diabetes son mayores y se distribuyen de manera más uniforme en los grupos de ingresos.
Cabe destacar que aproximadamente un tercio de los usuarios dejaron de tomar el medicamento durante el período de estudio. Cuando lo hicieron, su gasto en alimentos volvió a los niveles previos a la adopción, y sus cestas de la compra se volvieron ligeramente menos saludables que antes de comenzar, impulsado en parte por un mayor gasto en categorías como caramelos y chocolate.
Este movimiento subraya una limitación importante, advierten los autores. El estudio no puede separar completamente los efectos biológicos de los medicamentos de otros cambios en el estilo de vida que los usuarios puedan realizar al mismo tiempo. Sin embargo, la evidencia de ensayos clínicos, combinada con la reversión observada en el gasto después de la interrupción, sugiere que la supresión del apetito es probablemente un mecanismo clave detrás de los cambios en el gasto.
Los hallazgos tienen implicaciones que van más allá de los hogares individuales.
Para los fabricantes de alimentos, los restaurantes y los minoristas, la adopción generalizada de GLP-1 podría significar cambios a largo plazo en la demanda, particularmente de bocadillos y comida rápida. Es posible que deban cambiar los tamaños de los envases, las formulaciones de los productos y las estrategias de marketing. Para los responsables políticos y los expertos en salud pública, los resultados brindan contexto a los debates en curso sobre el papel de los tratamientos médicos en la configuración del comportamiento dietético, y si los cambios de apetito impulsados biológicamente tienen éxito donde los impuestos y las etiquetas han tenido dificultades.
“A las tasas de adopción actuales, incluso los cambios relativamente modestos a nivel del hogar pueden tener efectos agregados significativos”, dijo Hristakeva. “Comprender estos cambios en la demanda es, por lo tanto, importante para evaluar los mercados de alimentos y el gasto de los consumidores”.
Referencia: Hristakeva S, Liaukonytė J, Feler L. EXPRESS: The no-hunger games: how GLP-1 medication adoption is changing consumer food demand. J Mark Res. 2025:00222437251412834. doi: 10.1177/00222437251412834
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