Con el año llegando a su fin, es momento de hacer un repaso de lo que nos ha dejado la cultura. Y lo hacemos con una reflexión que nos invita a la calma, a la paciencia, virtudes que Scorsese, en sus momentos más oscuros, aprendió a valorar gracias a la insistencia de De Niro.
La búsqueda de esa tranquilidad mental, de ese “suspender el pensamiento” propuesto por Simone Weil, parece ser un hilo conductor en un año marcado por el ritmo frenético. Un ritmo que, paradójicamente, ha sido protagonizado por artistas que han sabido conectar con sus raíces y con la tradición.
Del baile a la mística y más allá
El 2024 ha sido un año de contrastes, donde la música y el cine han ocupado un lugar central. Bad Bunny, con su álbum DeBÍ TiRAR MáS FOToS, nos recordó la riqueza de la música puertorriqueña, conquistando escenarios globales, incluyendo el espectáculo del intermedio de la Super Bowl, un hito histórico al ser el primero en español. Su éxito ha revitalizado géneros como la salsa y, como bien se señala, ha devuelto la alegría al baile.
Por otro lado, Rosalía ha encendido el otoño con un fenómeno cultural que ha desatado análisis sobre el lenguaje, la estética y hasta la neurociencia detrás de canciones pegadizas como “La perla”. Junto a estos nombres, el cine español ha brillado con Sirat, una exploración de las múltiples dimensiones de la cultura rave.
Cine, series y la urgencia de la historia
El consumo voraz de series nos lleva a olvidar tramas y personajes con facilidad, pero el poder de las historias sigue siendo inmenso. El cine, en particular, ha puesto el foco en realidades complejas y dolorosas, como la vida y la muerte en la Franja de Gaza, ofreciendo una mirada directa y conmovedora.
La historia, por su parte, nos recuerda que el presente no es único. La insistencia de Donald Trump en glorificar la antigua Roma, aunque errónea en muchos aspectos, nos invita a reflexionar sobre el pasado y sus implicaciones en el presente. Y es que, como demuestran los romanos, algunas inquietudes son atemporales: el amor por las mascotas, la crítica al turismo o la prevención de incendios.
Homenaje a las grandes voces
El 2025 ha sido un año para celebrar a las grandes autoras. Se conmemoró el 250 aniversario del nacimiento de Jane Austen, mientras que en España se rindió homenaje a Ana María Matute y Carmen Martín Gaite. También se despidió a Mario Vargas Llosa, un Nobel de Literatura que deja un legado imborrable.
Finalmente, en un mundo cada vez más dominado por la tecnología, es importante recordar que la innovación es una herramienta, no un fin en sí mismo. La inteligencia artificial, por ejemplo, debe ser utilizada con criterio y reflexión, para enriquecer nuestra creatividad y nuestro pensamiento. Como bien decía Scorsese, “paciencia”. Quizás, ejercitándola, encontremos el espacio y el silencio necesarios para pensar y para disfrutar de la cultura en toda su plenitud.
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