Fredis, una figura conocida en Letonia, recuerda con una sonrisa los difíciles inicios de los años 90, una época en la que conseguir un árbol de Navidad no era tarea fácil. En aquellos años postsoviéticos, según relata, los árboles eran un bien escaso y el espíritu navideño dependía más de la imaginación que de las posibilidades.
Por eso, le viene a la memoria con tanta claridad el día en que apareció un hermoso y frondoso árbol en el vestíbulo de la Radio SWH, un regalo de una empresa.
Mientras se acercaba la noche del 22 o 23 de diciembre, y Fredis tenía un turno de trabajo nocturno, notó el árbol solitario y pensó que podría traer mucha más alegría a su hogar que permaneciendo en el vacío vestíbulo…
y sin más ceremonias, simplemente lo tomó y se lo llevó.
Según cuenta, ningún empleado de la radio se percató de la desaparición del árbol. Al recordar esta peculiar “adquisición”, Fredis explica que se sentía parte del equipo de radio, por lo que, ¿por qué no podía considerar el regalo que había llegado al edificio como un presente para él mismo?
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