Investigadores han logrado un hito en la robótica al crear los robots programables y autónomos más pequeños del mundo. Estos diminutos dispositivos, capaces de equilibrarse incluso en la cresta de un dedo, abren un abanico de posibilidades en campos como la medicina y la exploración.
El desarrollo, liderado por la Universidad de Michigan, incluye la creación de un “cerebro” para estos robots, permitiendo su programación y control autónomo. Su tamaño extremadamente reducido, apenas perceptible a simple vista, los hace ideales para tareas que requieren acceso a espacios confinados o delicados.
Según expertos, estos robots podrían revolucionar la medicina, permitiendo intervenciones mínimamente invasivas y la administración precisa de fármacos. También se vislumbra su aplicación en tareas de inspección y reparación en entornos peligrosos o de difícil acceso.
La capacidad de programar estos robots abre la puerta a una amplia gama de aplicaciones personalizadas, adaptándose a las necesidades específicas de cada tarea. La investigación continúa avanzando para mejorar su eficiencia, autonomía y capacidad de interacción con el entorno.
Este avance representa un paso significativo hacia la miniaturización de la robótica y la creación de sistemas inteligentes capaces de operar en escalas sin precedentes.
