En un esfuerzo por monitorizar nuestro clima con mayor precisión, recientemente se lanzó el satélite de observación terrestre Sentinel-6B. Este proyecto es liderado por la NASA, con la colaboración de un consorcio internacional de agencias espaciales que incluye a la Agencia Espacial Europea (ESA), la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos (EUMETSAT) y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). La misión estaba programada para despegar el 17 de noviembre de 2025 desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California, y el lanzamiento se llevó a cabo según lo planeado.
Sentinel-6B ha asumido la misión de su predecesor, Sentinel-6 Michael Freilich, lanzado en 2020. Gracias a estos esfuerzos, los científicos pueden continuar registrando los cambios en el nivel global del mar sin interrupción. El calentamiento de los océanos y el derretimiento del hielo están provocando que el nivel global del mar aumente a un ritmo alarmante. El seguimiento de estos cambios es crucial, ya que incluso las variaciones más pequeñas pueden influir y magnificar las marejadas ciclónicas. Las inundaciones costeras también se están intensificando, y las comunidades de estas regiones se encuentran en constante peligro. La misión de Sentinel-6 y su sucesor, Sentinel-6B, es una herramienta vital para salvaguardar nuestras costas y combatir el cambio climático.
Monitorizar el nivel del mar desde el espacio
La misión de Sentinel-6B (también conocido como Jason-CS B) es continuar y mejorar el registro de más de 30 años de mediciones del nivel global del mar. Se basa en la cooperación internacional, que se ha vuelto esencial para monitorizar nuestro planeta en constante cambio. Esta colaboración ha reunido experiencia científica, infraestructura técnica y décadas de experiencia en la observación de los océanos. Las agencias asociadas han creado una misión que ninguna nación podría llevar a cabo por sí sola. Con el lanzamiento completado, Sentinel-6B se unió a su predecesor, Sentinel-6 Michael Freilich. Los dos satélites volarán en tándem durante aproximadamente un año.
Durante esta fase de transición, ambos satélites operarán simultáneamente en trayectorias terrestres casi idénticas. Esto permitirá a los científicos e ingenieros en la Tierra calibrar y validar cruzadamente sus sistemas de medición. De esta manera, se garantizará la continuidad del flujo de datos. Los datos del nuevo satélite deben alinearse perfectamente con la línea de base ya establecida.
“Comprender los patrones de las mareas con precisión al centímetro es fundamental para proteger la forma en que utilizamos nuestros océanos todos los días en la Tierra”, explicó Nicky Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, en un comunicado de prensa de la NASA. Señaló que Sentinel-6B extenderá el trabajo de Sentinel-6 Michael Freilich al proporcionar mediciones que fortalezcan las previsiones utilizadas por las comunidades costeras. Los datos recopilados por esta misión también se utilizarán para garantizar el regreso seguro de los astronautas, incluidas las tripulaciones de las futuras misiones lunares Artemis de la NASA.
Después de la transición, Sentinel-6B se convertirá en el satélite principal a nivel mundial para medir el nivel del mar. Continuará con el largo registro de observaciones en el que los científicos confían para la investigación climática, la previsión y la planificación. EUMETSAT ahora supervisa las operaciones del satélite y dirigirá la misión junto con sus socios europeos y estadounidenses.
Más sobre Sentinel-6B
Sentinel-6B se basa directamente en el trabajo de su predecesor, Sentinel-6 Michael Freilich. Sin embargo, el modelo más reciente es más refinado, ya que sus mejoras permiten una mayor fiabilidad en la medición del nivel global del mar. Una de las mejoras clave es la fase de transición extendida, pero no es lo único.
Sentinel-6B lleva la misma tecnología de altímetro de radar Poseidon-4 de alta precisión que su predecesor. Es capaz de medir la altura de la superficie del mar con una precisión de centímetros. También lleva un radiómetro de microondas avanzado para el clima (AMR-C) para corregir el vapor de agua atmosférico. Además, cuenta con hardware mejorado de determinación de órbita que incluye receptores del Sistema Global de Navegación por Satélite (GNSS), Radio-posicionamiento Doppler integrado por Satélite (DORIS) y un reflector láser. Esto le permite lograr un posicionamiento más preciso y realizar mejores mediciones del nivel del mar. Cubrirá aproximadamente el 90% de los océanos libres de hielo de la Tierra cada 10 días.
Sentinel-6B no es solo una misión de seguimiento. Es una actualización clave que asegura casi tres décadas de mediciones y apoya una mejor toma de decisiones para los océanos cambiantes de nuestro planeta, el aumento del nivel del mar y el derretimiento de las plataformas de hielo.
