Damasco, 25 dic (SANA) Tras más de medio siglo de inestabilidad política y desafíos económicos internos y externos, Siria alcanzó en 2025 un punto de inflexión histórico. El país inició una nueva fase caracterizada por el fin de un régimen opresor y la apertura a un proceso de reconstrucción a nivel nacional, político y económico.
El año 2025 trascendió la mera fecha en el calendario, marcando el comienzo de una reorientación estratégica hacia la estabilidad, el desarrollo y la reintegración activa de Siria en su entorno regional e internacional.
La visión nacional se materializó en acciones concretas, incluyendo la revitalización de la diplomacia y el impulso de proyectos económicos y de desarrollo destinados a fortalecer la confianza en Siria como un Estado soberano y un socio confiable.
Diplomacia activa y reposicionamiento internacional
Un elemento clave de 2025 fue la intensa actividad diplomática. El presidente Ahmad al-Shara realizó 21 visitas oficiales a capitales de importancia estratégica y participó en diversos foros regionales e internacionales, en una ofensiva diplomática sin precedentes en la historia reciente del país.
Estas visitas no se limitaron a formalidades, sino que transmitieron un mensaje claro sobre la determinación de la nueva Siria de restablecer relaciones, superar las heridas del pasado y construir alianzas estratégicas basadas en el respeto mutuo y los intereses compartidos.
Alianzas estratégicas y reconstrucción económica
Los avances no se circunscribieron al ámbito político. A lo largo del año, se firmaron aproximadamente 50 acuerdos y memorandos de entendimiento con naciones y empresas de Oriente Medio y de otros continentes, lo que refleja un cambio significativo en la política de apertura económica y la cooperación para la reconstrucción interna.
Estos acuerdos abarcaron sectores cruciales para el desarrollo y sentaron las bases para la recuperación económica gradual, contribuyendo al mismo tiempo a reafirmar el papel histórico de Siria como un centro cultural y un actor relevante en las iniciativas regionales de crecimiento.
Regreso a la escena global
En el ámbito multilateral, la participación de Siria en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, después de una ausencia de 58 años, constituyó un evento de gran importancia simbólica. En este foro, el presidente al-Sharaa presentó la posición de Siria, rechazando categóricamente cualquier plan de partición y reafirmando el compromiso de Damasco de actuar como un socio responsable en los asuntos internacionales.
Un hito adicional fue la mejora de las relaciones con Estados Unidos. El 13 de mayo, el presidente estadounidense Donald Trump anunció desde Riad la suspensión de las sanciones impuestas a Siria. Al día siguiente, se reunió con su homólogo sirio, primero en Nueva York y luego en Washington, convirtiendo a al-Sharaa en el primer presidente sirio en visitar la Casa Blanca desde la independencia del país en 1946.
Este proceso culminó el 18 de diciembre con la derogación oficial de todas las sanciones estadounidenses, incluida la Ley César, tras su aprobación por el Congreso, un paso considerado fundamental para la recuperación económica del país.
Bases para una nueva etapa
Al concluir 2025, Siria se encuentra en una posición favorable, con numerosas oportunidades por delante. Los logros diplomáticos y económicos alcanzados sientan las bases para transformar los planes en proyectos concretos que impacten positivamente en la vida de la población y consoliden la estabilidad interna.
De cara a 2026, las autoridades sirias aspiran a fortalecer la posición del país no solo en el mapa político y económico regional, sino también como un actor estable e influyente en materia de seguridad, capaz de contribuir a un futuro más próspero para su pueblo y para la región en su conjunto.
El año 2025 será recordado como el inicio de una nueva Siria, que superó un largo período de opresión y se embarcó en un camino hacia la estabilidad, el desarrollo y la apertura internacional, con la visión de un renacimiento integral y sostenible.
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