Todas las miradas están puestas en cómo se desarrollará el “sueño chino” de Pekín de eventual reunificación con Taiwán, en un momento en que el líder de Estados Unidos –el principal aliado internacional de Taipéi– parece menos dispuesto a intervenir en caso de un conflicto a través del estrecho. En el primero de una serie de tres artículos, Amber Wang analiza cómo los movimientos recientes señalan una recalibración de la política taiwanesa de Pekín, delineando visiones de gobernanza post-unificación, intensificando los mensajes dirigidos al público de la isla y reduciendo la intimidación militar.
Orbitando a gran altura sobre la Tierra, Jilin-1, un satélite comercial operado por una empresa china continental, ha capturado imágenes nítidas de las calles, ríos y montañas de Taiwán. Las imágenes incluyen el Parque Científico de Hsinchu, hogar de los principales grupos de chips de la isla en la costa oeste.
Las fotos se volvieron virales en las redes sociales chinas, con Pekín celebrándolas como una vista de “hogar” al tiempo que reiteraba que “cada centímetro” de Taiwán pertenece a China continental.
Detrás de la excitación pública por las vistas de las calles taiwanesas, se esconde un nuevo impulso de Pekín en varios frentes políticos en torno a un objetivo que ha perseguido durante décadas: la reunificación con la isla autogobernada. Este esfuerzo ha ganado recientemente un nuevo impulso, alimentando las expectativas entre la población de China continental.
Pekín ha lanzado varios eventos culturales de gran relevancia relacionados con Taiwán en los últimos meses.
Estos incluyen el primer drama televisivo supervisado por el Estado sobre la historia de los espías comunistas en Taiwán; el primer día nacional de conmemoración relacionado con Taiwán; y la presentación de nuevos eslóganes políticos para vislumbrar la gobernanza en Taiwán tras la reunificación.
