Los campeones mundiales de Argentina regresarán a uno de los estadios más emblemáticos del fútbol moderno cuando se enfrenten a los campeones europeos de España en la Finalissima el 27 de marzo en el Estadio Lusail de Doha, confirmaron la UEFA y la CONMEBOL el jueves.
Este encuentro intercontinental único se celebra solo 75 días antes del partido inaugural de la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá, ofreciendo una prueba de alto nivel para dos equipos considerados ampliamente como contendientes al título.
Para Argentina, es otra oportunidad para medirse a una élite rival. Para España, representa un punto de referencia frente al equipo que ha definido el fútbol mundial en los últimos cuatro años.
La UEFA describió la Finalissima como una celebración de la excelencia continental, que reúne a los campeones de Sudamérica y Europa.
En realidad, funciona más como un ensayo general para una final de la Copa del Mundo: terreno neutral, audiencia global y un título en juego.
Argentina, el campeón vigente
Argentina llega como el actual poseedor de la Finalissima, habiendo goleado a Italia 3-0 en Wembley en junio de 2022 gracias a los goles de Lautaro Martínez, Ángel Di María y Paulo Dybala.
Esa actuación resultó profética, marcando el tono para el camino de la Albiceleste hacia la gloria en la Copa del Mundo más tarde ese año en Qatar.
La competición en sí es una moderna revitalización del Trofeo Artemio Franchi, disputado anteriormente solo en dos ocasiones: Francia derrotó a Uruguay en 1985 y Argentina venció a Dinamarca en la tanda de penales en 1993.
Desde que la UEFA y la CONMEBOL revivieron el concepto en 2021, Argentina ha sido su estandarte, manteniendo un récord perfecto en ambas épocas.
La edición de 2026 será la cuarta Finalissima en total y la segunda en su forma moderna, lo que refleja una asociación más amplia entre las dos confederaciones que ahora se extiende más allá de un único partido de exhibición.
Una rivalidad en busca de significado
Argentina y España se han enfrentado 14 veces a nivel internacional absoluto, con un balance equilibrado: seis victorias para cada uno y dos empates.
Sin embargo, a pesar de su historia compartida, los encuentros competitivos han sido raros.
Su único encuentro en la Copa del Mundo se produjo en 1966, cuando Argentina superó a España 2-1 en Birmingham.
Los enfrentamientos más recientes han sido amistosos, a menudo desiguales: la victoria de Argentina por 4-1 en 2010 y la demoledora victoria de España por 6-1 en 2018.
La Finalissima cambia por completo las apuestas, ofreciendo el primer partido decisivo por un título entre ambas naciones.
Táctica y estratégicamente, el contraste es marcado. Argentina, bajo la dirección de Lionel Scaloni, ha dominado la agresión controlada: disciplina defensiva, transiciones rápidas y una calma inquebrantable en los momentos decisivos.
España, guiada por Luis de la Fuente, combina la posesión con una intensidad moderna, presionando más alto y atacando más rápido que sus predecesores del tiki-taka.
Argentina, una era definitoria
La Albiceleste llega a Doha como el equipo nacional dominante de la década.
Campeona del mundo en 2022, ganadora de la Copa América en 2021 y 2024, ha perdido solo una vez en más de 50 partidos desde 2019.
Su éxito se ha basado en la continuidad, la claridad y la competitividad.
Lionel Messi sigue siendo el eje central.
A punto de cumplir 39 años, su papel es ahora selectivo pero decisivo, apoyado por un núcleo consolidado que incluye a Emiliano Martínez, Enzo Fernández, Alexis Mac Allister, Julián Álvarez y Lautaro Martínez.
Pocos equipos gestionan mejor los partidos cuando hay títulos en juego.
España, por su parte, llega con su propio impulso.
Campeona de la Eurocopa 2024 tras una victoria por 2-1 en la final contra Inglaterra, lidera la clasificación mundial de la FIFA y ha estado invicta en partidos competitivos desde principios de 2023.

Rodri ancla el mediocampo, Nico Williams proporciona velocidad y ha llegado una nueva generación sin miedo.
Messi se encuentra con Yamal
La imagen definitoria del partido podría ser la de Lionel Messi y Lamine Yamal, el pasado y el futuro del FC Barcelona cruzándose en el escenario internacional.

Una foto benéfica de 2007 ampliamente difundida de Messi sosteniendo a un bebé Yamal se ha convertido en un símbolo de la transición generacional en el fútbol.
Messi sigue siendo el líder y la referencia de Argentina.
Yamal, con solo 18 años, ya es el máximo goleador más joven de España y ganador de la Eurocopa, y se le comparan por su pie izquierdo, su visión y su compostura.
Su encuentro encapsula el tema más amplio de la Finalissima: el legado que se enfrenta a la emergencia.
El atractivo emocional de Lusail
El Estadio Lusail añade una capa que ninguna estadística puede igualar. Fue aquí donde Messi levantó el trofeo de la Copa del Mundo en diciembre de 2022 tras una de las mejores finales de todos los tiempos.
Volver al mismo terreno de juego, con el mismo capitán, refuerza la conexión emocional de Argentina con Qatar y su aura en los escenarios más grandes.
Con una capacidad de casi 90.000 espectadores y un diseño de vanguardia, Lusail sigue siendo una de las arenas modernas de fútbol de primer nivel, perfectamente adecuada para un partido de esta magnitud.
Implicaciones para la Copa del Mundo
Ambos equipos ya conocen sus caminos hacia 2026. Argentina lidera el Grupo J junto a Argelia, Austria y Jordania.
España encabeza el Grupo H con Uruguay, Arabia Saudita y Cabo Verde.
La Finalissima ofrece una rara oportunidad para probar la profundidad, los sistemas y la mentalidad contra una oposición de élite antes de que comience en serio el fútbol de torneos.
