Un estudio realizado por el grupo del Mildred Scheel Early Career Center, liderado por el Dr. Mohamed Elgendy en la Facultad de Medicina de la TUD, ha proporcionado información fundamental sobre la biología del cáncer. Publicado en la prestigiosa revista Nature Communications, el estudio demuestra por primera vez que la proteína MCL1 no solo inhibe la muerte celular programada, sino que también desempeña un papel central en el metabolismo tumoral.
Los investigadores han logrado relacionar dos características clásicas del cáncer –la evasión de la apoptosis (una forma de muerte celular programada) y la desregulación del metabolismo energético– con un mecanismo molecular común.
El estudio se centra en la proteína MCL1, que se encuentra fuertemente sobreexpresada en muchos tipos de tumores y que anteriormente se consideraba principalmente un factor antiapoptótico de la familia de proteínas Bcl-2. Los investigadores de Dresde ahora demuestran que MCL1 influye directamente en el regulador metabólico central mTOR y, por lo tanto, controla la bioenergética de las células cancerosas. Esta es la primera vez que se describe a MCL1 como un regulador activo de las vías de señalización y metabólicas centrales.
“Nuestros hallazgos muestran que MCL1 es mucho más que un simple factor de supervivencia para las células tumorales”, afirma el Dr. Mohamed Elgendy. “La proteína interviene activamente en las vías de señalización del crecimiento y el metabolismo, vinculando así dos mecanismos fundamentales del cáncer.”
A nivel mecanístico, el equipo identificó una conexión funcional directa entre MCL1 y el complejo mTORC1 en varios modelos de cáncer. Esta vía de señalización recién descubierta amplía fundamentalmente la comprensión actual del papel de MCL1 y abre nuevas perspectivas terapéuticas.
Además de los análisis genéticos, el estudio también investigó el efecto de los inhibidores de MCL1, que actualmente se están desarrollando clínicamente como prometedoras nuevas terapias contra el cáncer. El estudio demostró que estos agentes también inhiben la señalización de mTOR, un hallazgo de gran relevancia clínica, ya que los inhibidores de mTOR ya se utilizan habitualmente en la terapia contra el cáncer.
Otro hallazgo particularmente significativo es la resolución de un problema previamente sin resolver: varios ensayos clínicos con inhibidores de MCL1 tuvieron que ser interrumpidos debido a graves efectos secundarios cardiotóxicos. Los investigadores de Dresde identificaron por primera vez el mecanismo molecular subyacente y, basándose en él, desarrollaron un enfoque dietético que puede reducir significativamente la toxicidad cardíaca. Este efecto protector se confirmó en un innovador modelo de ratón humanizado.
“Este trabajo representa un avance significativo en nuestra comprensión de la base molecular del cáncer”, afirma la Prof.ª Esther Troost, Decana de la Facultad de Medicina Carl Gustav Carus de la TU Dresden. “Esta publicación de alto rango, con un enorme potencial clínico, demuestra una vez más que el apoyo específico a científicos jóvenes destacados, como el que se lleva a cabo en el Mildred Scheel Center for Young Scientists, es un requisito previo para las innovaciones y la terapia contra el cáncer del mañana.”
El Prof. Uwe Platzbecker, Director Médico del Hospital Universitario de Dresde, añade: “Este destacado trabajo de investigación ejemplifica cómo la excelente investigación básica puede generar beneficios directos para nuestros pacientes con cáncer. Desde una perspectiva clínica, es especialmente significativo la solución al problema de la cardiotoxicidad de los inhibidores de MCL1. La identificación del mecanismo subyacente y el desarrollo de un enfoque dietético protector pueden ahora allanar el camino para terapias más seguras.”
El estudio es el resultado de una colaboración interdisciplinaria entre varios grupos e instituciones de investigación. El grupo de trabajo del Dr. Mohamed Elgendy en Dresde actuó como socio principal y contó con el apoyo de expertos de institutos asociados nacionales e internacionales en la República Checa, Austria e Italia.
La importancia del trabajo también fue reconocida por los editores de la revista Nature Communications: la publicación fue seleccionada como uno de los estudios de investigación destacados sobre cáncer en el sitio web “Editors’ Highlights”, que presenta los 50 mejores estudios publicados actualmente en este campo.
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