La frágil paz entre Tailandia y Camboya se ha visto amenazada tras la reanudación de los enfrentamientos en la frontera, apenas un mes y medio después de la firma de un acuerdo de cese al fuego. El ejército tailandés denunció haber sido atacado por fuerzas camboyanas en la provincia de Ubon Ratchathani, reportando un soldado muerto y al menos ocho heridos.
Por su parte, el ministro camboyano de Información, Neth Pheaktra, acusó a Tailandia de llevar a cabo ataques que habrían causado la muerte de cuatro civiles camboyanos y dejado una decena de heridos. Estos nuevos incidentes obligaron a miles de personas a evacuar sus hogares a ambos lados de la frontera.
El acuerdo de cese al fuego, que el presidente estadounidense Donald Trump calificó de “histórico” el pasado 26 de octubre, buscaba poner fin a cinco días de combates que tuvieron lugar en julio, los cuales dejaron 43 fallecidos y obligaron a la evacuación de aproximadamente 300.000 personas. La firma del acuerdo pretendía cerrar un largo capítulo de disputas territoriales entre ambos países del sudeste asiático.
Ante esta escalada de violencia, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su “inquietud” y apeló a la “retenue” y la “desescalada” por parte de ambas naciones, según declaraciones de su portavoz. Stéphane Dujarric enfatizó la importancia de que Tailandia y Camboya hagan todo lo posible para reducir la tensión y retomar los términos del cese al fuego alcanzado en octubre, al tiempo que instó a proteger a los civiles.
El cese al fuego incondicional había sido previamente acordado, según el primer ministro malasio.
