Lo esencial:
- Los medicamentos para el TDAH imitan los efectos de un buen descanso nocturno en el cerebro.
- Podrían ser más eficaces en niños cansados o con TDAH diagnosticado.
- El sueño sigue siendo fundamental y no debe ser sustituido por estimulantes.
Los medicamentos utilizados para tratar el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), como la Ritalina, podrían no funcionar de la manera en que se pensaba. Según un amplio estudio estadounidense publicado en la revista Cell, estos estimulantes en realidad reproducen los efectos… de una buena noche de sueño. ¿Y si, antes de hablar de TDAH en niños, se verificara el tiempo que dedican a dormir?
Sustancias que estimulan el estado de alerta
La investigación, realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, se basa en el análisis de escáneres cerebrales de casi 12.000 niños de entre 8 y 11 años. En aquellos que habían tomado un estimulante, los cambios observados se relacionaron principalmente con las regiones vinculadas al estado de alerta, mucho más que con los circuitos tradicionales de la atención. En resumen, estos medicamentos actuarían principalmente como “despertadores químicos”. El Dr. Lydic, coautor del estudio, resume en un comunicado: “Estas sustancias no impulsan directamente la atención, sino que estimulan el estado de alerta y hacen que las tareas aburridas sean más tolerables.”
El estudio revela que muchos niños que presentan problemas de concentración en realidad sufren de privación de sueño. Por ejemplo, solo el 50% de los niños encuestados dormían las nueve horas recomendadas. En aquellos que no dormían lo suficiente, la administración de un medicamento estimulante eliminó los signos cerebrales de fatiga, como si el cerebro se “recargara”.
Los peligros de la falta crónica de sueño
En niños bien descansados sin TDAH, los estimulantes no aportaron ningún beneficio cognitivo. Sin embargo, en niños con TDAH o en déficit de sueño, los medicamentos mejoraron el rendimiento académico. Esta es una señal importante: el efecto parece compensar un déficit de estado de alerta en lugar de mejorar las capacidades más allá de lo normal.
Los investigadores advierten: estos medicamentos no deben ser un sustituto del sueño. Si el efecto es beneficioso a corto plazo, la falta crónica de sueño sigue siendo peligrosa para el cerebro en desarrollo. Depresión, estrés celular y pérdida neuronal son algunos de los riesgos identificados.
