Según una reciente encuesta realizada por OpinionWay para el instituto de vigilancia sanitaria (INVS), el 45% de la población francesa sufre algún tipo de trastorno del sueño. En detalle, un 21% padece insomnio, un 13% trastornos del ritmo del sueño, un 9% apnea del sueño, un 3% sonambulismo y un 2% narcolepsia e hipersomnia.
El impacto de un sueño deficiente
Es importante recordar que los problemas de sueño recurrentes pueden provocar dificultades de concentración, especialmente en el trabajo, y una disminución del rendimiento. También pueden causar fatiga, somnolencia durante el día, alteraciones del estado de ánimo, irritabilidad, problemas de memoria y dificultades de atención, lo que aumenta el riesgo de accidentes laborales o de tráfico. “A largo plazo, la falta de sueño repetida puede provocar dificultades de aprendizaje, una disminución de la motivación y la eficacia, trastornos del estado de ánimo, ansiedad y depresión, una disminución de las defensas inmunitarias contra las infecciones, un mayor riesgo de obesidad y diabetes tipo 2 y un aumento del riesgo cardiovascular”, subraya l’Assurance Maladie.
Fatiga al despertar: 4 aspectos clave para mejorar
El profesor Pierre Philip, psiquiatra y jefe del servicio de medicina universitaria del sueño en el CHU de Burdeos, ha publicado recientemente en Instagram que despertarse cansado por la mañana puede tener múltiples causas, pero a menudo se puede solucionar. El especialista recomienda a quienes se enfrentan a este problema que revisen ciertos aspectos clave relacionados con la higiene del sueño. “En primer lugar, mantener un horario de despertar regular todos los días, con una desviación máxima de una hora y media los fines de semana, ayuda a estabilizar el ritmo biológico.” También destaca la importancia de dormir lo suficiente: al menos siete horas por noche para los adultos, y entre nueve y diez horas para niños y adolescentes.
“También es importante identificar posibles trastornos como ronquidos, apneas o movimientos anormales que fragmentan la noche y reducen la calidad del sueño”, indica. Por último, el entorno de la habitación debe ser silencioso, oscuro y fresco, idealmente entre 18 y 19 grados. “Estas comprobaciones permiten comprender mejor el origen de un despertar no reparador y ajustar los hábitos para recuperar un sueño más eficaz.”
