La creciente presencia de alimentos ultraprocesados en la dieta española, junto con sus efectos en la salud, es una preocupación cada vez mayor. Según la nutricionista Martina Misenachs, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética (AEND), “compramos muchísimos productos ultraprocesados —son muy accesibles, tienen un marketing brutal— cuando podríamos optar por alimentos frescos y básicos: frutas, verduras, legumbres, pescado”. Misenachs destaca que existe una percepción errónea de que comer saludable es más caro, cuando en realidad no tiene por qué serlo.
Un estudio reciente publicado en The Lancet, realizado por 43 investigadores españoles, incluyendo a Renata Bertazzi de la Universidad de Salamanca, revela que el consumo diario de ultraprocesados en España ha aumentado significativamente en los últimos treinta años, pasando del 11% al 32%. Este incremento representa un riesgo no solo para la salud cardiovascular, sino también para la fertilidad masculina, tal como lo confirma Marc Llavanera, investigador posdoctoral en Biotecnología Reproductiva de la Universitat de Girona.
Llavanera, basándose en un estudio de PubliMed, señala que a nivel mundial, una de cada seis parejas enfrenta problemas de infertilidad, una situación que tiende a afectar más a los hombres. Sin embargo, la alimentación no es el único factor determinante. “El espermatozoide es una célula muy sensible a distintos componentes de la dieta. Algunos nutrientes pueden favorecer su funcionamiento, mientras que otros lo perjudican. Estas influencias afectan a su capacidad para cumplir su misión: entregar la mitad del material genético al óvulo para dar inicio a una nueva vida”, explica el investigador.
A pesar de que muchos hombres buscan alimentos o suplementos para mejorar la calidad de su esperma, a menudo descuidan hábitos alimentarios más consistentes. Llavanera indica que los ácidos grasos omega-3, el zinc y la fibra dietética pueden ser beneficiosos para la salud espermática, mientras que las carnes procesadas, los azúcares simples y el consumo excesivo de café pueden tener efectos negativos. “La ciencia apunta cada vez más hacia el concepto de patrón dietético, es decir, el conjunto de hábitos alimentarios y la combinación de alimentos que caracterizan la dieta global”, añade.

Cuidarnos es cuidar de nuestro bebé
En el marco del proyecto internacional Led-Fertyl, en colaboración con la Universitat Rovira i Virgili y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, Llavanera descubrió que una dieta rica en productos vegetales procesados (snacks, fritos, bollería, bebidas azucaradas) se asocia con niveles más altos de un marcador que indica un empaquetamiento anómalo del ADN del espermatozoide. Esta alteración puede reducir la probabilidad de fecundación y afectar el desarrollo embrionario. El espermatozoide responde a la alimentación habitual del padre, dejando una huella funcional e incluso heredable. Sin embargo, el investigador enfatiza que no se trata de un determinismo biológico, sino de modificaciones del riesgo. Por lo tanto, más que buscar alimentos “milagro”, lo esencial es adoptar un patrón dietético saludable y sostenible, basado en alimentos frescos, mínimamente procesados y ricos en nutrientes.
