Una investigación publicada en la revista Frontiers in Nutrition analizó datos del Estudio Nacional de Salud y Nutrición de Estados Unidos, recopilados entre 2003 y 2016, para investigar la posible relación entre el consumo de vitaminas y el riesgo de desarrollar cáncer.
El estudio involucró a más de 29,000 adultos, incluyendo a cerca de 3,000 personas diagnosticadas con cáncer. Los resultados indicaron que aquellos participantes con una mayor ingesta de vitamina B3 presentaron un riesgo de cáncer un 22% menor en comparación con aquellos que consumían menos, incluso considerando factores como la edad, el género y el estilo de vida.
Por otro lado, los investigadores observaron un efecto contrario con la vitamina A, donde un consumo elevado se asoció con un aumento del 38% en el riesgo de desarrollar tumores. Asimismo, se detectó que la vitamina B9 (ácido fólico) se vinculó a un ligero incremento en el riesgo cuando se consumía en un rango específico de 267 a 367 microgramos diarios.
Las vitaminas C, E y K, junto con otros antioxidantes, no mostraron una relación estadísticamente significativa con el riesgo de cáncer.
Los autores del estudio enfatizan que los hallazgos son observacionales y no demuestran una relación causal directa. Subrayan la necesidad de realizar investigaciones a largo plazo para comprender completamente el impacto del consumo de vitaminas en el riesgo de desarrollar cáncer.
Fuente: Lenta.ru
