El organismo humano funciona gracias a la cooperación de aproximadamente 30 billones de células que lo componen. Según el portal Popular Mechanics, investigaciones recientes nos acercan a comprender mejor qué es realmente una célula y si puede comportarse de forma consciente, incluso después de la muerte del organismo. Científicos que estudian unos organismos especiales llamados xenobots, creados a través de experimentos, han observado que las células, tras la muerte, pueden agruparse y asumir funciones completamente nuevas.
Comportamiento sorprendente
Experimentos liderados, entre otros, por Peter Noble y Alex Pozhitkov han demostrado que los xenobots pueden utilizar sus estructuras de una manera sin precedentes. Células que normalmente moverían moco, utilizan sus cilios para desplazarse. Los investigadores sugieren que esto podría ser evidencia de la existencia de un “tercer estado de la vida”, en el que las células se reorganizan después de la muerte del organismo.
“En conjunto, estos descubrimientos desafían la idea de que las células y los organismos solo pueden evolucionar de una manera predeterminada”, escriben los autores en “The Conversation”. “Este tercer estado sugiere que la muerte del organismo podría desempeñar un papel significativo en la forma en que la vida cambia con el tiempo”.
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Se han encontrado referencias a fenómenos similares en el caso de los llamados anthrobots, células humanas que se comportan de forma autónoma en condiciones de laboratorio. Los autores del estudio reconocen que estos resultados desafían la visión clásica de la evolución de los organismos. “Estos descubrimientos cuestionan la creencia de que las células y los organismos solo pueden evolucionar de una manera estrictamente definida”, destacaron los científicos en “The Conversation”.
Uno de los mayores defensores del concepto de células conscientes es William Miller, autor de la publicación “The Sentient Cell”. Él cree que la célula, y no los genes, es la unidad básica de toma de decisiones de los seres vivos.
“El organismo en su conjunto ya no reacciona como antes, pero subconjuntos de células están activos, toman decisiones y resuelven problemas”, afirma Miller. “Esto cambia fundamentalmente la forma en que percibimos la estructura viva… la unidad básica de la agencia biológica es la célula consciente”.
¿Cómo confirmar la teoría?
La idea genera mucha controversia y algunos científicos, como Lincoln Taiz de la Universidad de California, critican la teoría por carecer de pruebas sólidas. “Se sabe desde hace 75 años que las células se desarrollan de forma atípica cuando se extraen de su entorno natural”, señala Taiz. Wendy Ann Peer de la Universidad de Maryland comparte esta opinión y subraya que no hay forma de realizar una investigación científica adecuada que confirme su veracidad.
Independientemente de las controversias en torno a la interpretación de esta teoría, los científicos coinciden en una cosa: una comprensión más profunda del potencial de las células podría transformar por completo la medicina moderna. El desarrollo de los llamados anthrobots abre el camino a terapias precisamente adaptadas a las necesidades de cada paciente, basadas en su propio material biológico. Aunque la cuestión de la “conciencia” de las células sigue siendo objeto de debate, no cabe duda de que su utilización se convertirá en una de las claves del desarrollo futuro de la biotecnología.
