La separación entre el tenista español Carlos Alcaraz y su entrenador, Juan Carlos Ferrero, continúa generando controversia. A una semana del anuncio oficial, las tensiones entre ambos y el entorno familiar del número uno del mundo han salido a la luz.
Ferrero fue el primero en romper el silencio, declarando en una entrevista con el diario Marca que “personas cercanas a Carlos pensaban que era mejor separarse”. Esta afirmación, realizada en vísperas de Navidad, fue interpretada como una clara referencia a la familia de Alcaraz.
La respuesta del padre del tenista, Carlos Alcaraz González, fue breve y concisa. A través de la agencia Efe, declaró: “Cada uno es libre de expresar su opinión en base a lo que sabe”, sin ofrecer detalles adicionales ni comentarios sobre las declaraciones de Ferrero.
Según informaciones que circulan en la prensa española, la ruptura se habría producido por diferencias en cuestiones contractuales y otros asuntos que trascendían lo puramente deportivo. Ferrero confirmó que, al finalizar el año, era necesario revisar los contratos y que existían puntos de desacuerdo entre ambas partes, incluyendo aspectos económicos, compromisos y planificación deportiva.
El entrenador español minimizó la situación, afirmando que “el equipo de Carlos piensa en lo que es mejor para él, y el mío en lo que es mejor para mí”. Ferrero se mostró “herido” por la decisión, considerándola motivada por razones poco importantes y lamentando que no se hubiera llegado a una conversación para resolver los problemas. Sugirió que las “personas cercanas” a Alcaraz influyeron en la decisión final, algo que el padre del tenista no ha desmentido por completo.
