Un reciente estudio sugiere que las momias Chinchorro, con una antigüedad de 7,000 años, podrían ser evidencia de una forma temprana de terapia para el duelo. Estas momias, encontradas en la costa del Pacífico de Chile y Perú, son anteriores a las egipcias en miles de años y representan una de las primeras culturas conocidas en practicar la momificación.
La complejidad de los procesos de momificación Chinchorro, que incluían la reconstrucción facial y la adición de ojos y boca artificiales, indica que no se trataba simplemente de rituales funerarios, sino de un esfuerzo consciente para preservar la apariencia de los difuntos. Los investigadores plantean la hipótesis de que esta práctica podría haber surgido como una forma de ayudar a los familiares a lidiar con la pérdida y el dolor.
La momificación Chinchorro se aplicaba tanto a hombres, mujeres como a niños, lo que sugiere que el duelo y la necesidad de preservar la memoria de los seres queridos eran preocupaciones universales en esta antigua cultura. El estudio destaca la importancia de comprender las prácticas funerarias antiguas como una ventana a las emociones y los procesos psicológicos de nuestros antepasados.
