El mundo se encuentra en una encrucijada, advirtió el Secretario General de la ONU, señalando que el conflicto, el colapso climático y las violaciones sistemáticas del derecho internacional están erosionando la confianza en el liderazgo global. “La gente en todas partes se pregunta: ¿Los líderes siquiera escuchan? ¿Están dispuestos a actuar?”, expresó.
Según datos presentados, más de un cuarto de la humanidad vive actualmente en áreas afectadas por conflictos. Más de 200 millones de personas requieren asistencia humanitaria, mientras que cerca de 120 millones han sido desplazadas forzosamente debido a guerras, crisis, desastres o persecución.
Ante esta situación, el Secretario General destacó un profundo desequilibrio en las prioridades globales. “Al pasar la página de un año turbulento, un hecho habla más que mil palabras: el gasto militar mundial se ha disparado a 2.7 billones de dólares”, afirmó, un incremento de casi el 10% con respecto al año anterior. Esta cifra, subrayó, es 13 veces superior a la ayuda global al desarrollo y equivale al producto interno bruto (PIB) de todo el continente africano. De continuar las tendencias actuales, el gasto militar podría más que duplicarse, alcanzando los 6.6 billones de dólares para 2035, a pesar del aumento continuo de las necesidades humanitarias.
Un camino hacia la esperanza
A pesar de las sombrías estadísticas, el Secretario General enfatizó que las soluciones están al alcance de la mano. En septiembre de 2025, lanzó el informe La Seguridad que Necesitamos: Reequilibrar el Gasto Militar para un Futuro Sostenible y Pacífico. El informe demuestra que pequeños cambios en el gasto podrían generar resultados transformadores.
Se estima que menos del 4% del gasto militar actual podría erradicar el hambre mundial para 2030, mientras que poco más del 10% podría vacunar a todos los niños del mundo. Redirigir el 15% cubriría con creces el costo anual de la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo.
“Está claro que el mundo tiene los recursos para mejorar vidas, sanar el planeta y asegurar un futuro de paz y justicia”, declaró el Secretario General.
Llamado a la acción
De cara al futuro, dirigió un mensaje directo a los líderes mundiales. “En este Año Nuevo, resolvamos priorizar correctamente. Un mundo más seguro comienza invirtiendo más en la lucha contra la pobreza y menos en la guerra. La paz debe prevalecer”, instó.
Dirigiéndose a la gente de todo el mundo, añadió: “Participen. Nuestro futuro depende del coraje colectivo para actuar”.
“En 2026”, concluyó, “llamo a los líderes de todo el mundo: tomen en serio la situación. Elijan a las personas y al planeta por encima del sufrimiento. Levantémonos juntos – por la justicia, por la humanidad, por la paz”.
